EL CIVIL. Longoria llegó al lugar en una limusina blanca, luciendo un vestido Chanel. Una multitud de reporteros la aguardaba en el lugar, a los que saludó brevemente antes de entrar al edificio de la municipalidad para dar el sí, quiero. La novia llegó en una limusina y salió de ella ataviada con un vestido corto de color rosa y bordado con un ribete negro. Acompañado por jugadores de su equipo y del futbolista Thierry Henry, Parker llegó al cabo de diez minutos a bordo de un automóvil gris.
Al día siguiente, los contrayentes se dieron de nuevo el sí, esta vez en la iglesia Saint-Germain l’Auxerrois, la capilla de los Reyes de Francia, situada junto al museo del Louvre y, por la noche, lo celebraron en el castillo de Vaux-le-Vicomte, en las afueras de París.
UNA BODA DE ENSUEÑO.
El sábado, la pareja contrajo matrimonio en el castillo francés y, aunque hasta último momento los detalles se mantuvieron en secreto, Longoria arribó con un atuendo diseñado por Robert Verdi. Entre los invitados pudo verse a las estrellas de Amas Hollyde casa desesperadas, a compañeros del equipo de Parker –los San Antonio Spurs–, a la Spice Girl Victoria Beckham y a otras celebridades.
LOS NÚMEROS.
La boda fue organizada por la propia actriz, quien no escatimó en gastos para que fuera inolvidable. Sólo el pastel le costó 30.000 dólares. La pareja también cubrió los gastos de alquiler del Chateau de Vaux-le-Vicomte: 50.000 dólares por cinco horas de evento. Tampoco se olvidaron de sus más de 250 invitados. Para ellos alquilaron un Boeing 757 para trasladarlos desde California y Texas a París, con un costo de 165.000 dólares, sólo el trayecto.
El banquete costó 300 euros por invitado. Pero esto no es todo. Los novios reservaron para sus invitados 120 habitaciones en los dos palacios de la Rue de la Paix y de la plaza Vendôme, un lujo que no les salió nada barato. Claro que esos gastos no les preocuparon, porque la pareja vendió por dos millones de dólares la exclusiva de su boda para las siete ediciones mundiales de una famosa revista.