El padre Julio César Ramos, quien el miércoles pronunció su opinión en contra de la educación sexual en las escuelas -durante una misa en honor a Don Bosco-, reafirmó sus dichos ayer en una entrevista con este diario. La visión sobre el tema del salesiano motivó la reacción de la Iglesia, que no avaló su postura. En su defensa, Ramos aseguró que no le quiso desear el mal a nadie.

El sacerdote considera que en la educación sexual prevista por la ley respectiva prevalecen algunas ideologías “como el constructivismo, que hace que cada uno construya su sexualidad”, explicó.

“Para nosotros la sexualidad ya nos viene dada por la creación: varón y mujer. Y siempre dentro de la Iglesia han existido objeciones al tema de los géneros. Hoy en día se está propugnando, dentro de la educación sexual, la libre vivencia de los géneros antes que la sexualidad como la entendemos nosotros desde la interpretación de la palabra de Dios”, remarcó.

Ramos entiende que “ciertas orientaciones podrían provocar daños en los niños y adolecentes”. “En el ámbito de la Iglesia, siempre hemos propugnado la educación para el amor”, aseguró.

NO NIEGA LA REALIDAD. Consultado ayer a la tarde sobre si no están negándose a una realidad donde la homosexualidad ya no es vista por la sociedad como una perversión, salvo por la Iglesia católica, que no sólo la condena, sino que también la considera un pecado si se la ejerce con libertad, el cura afirmó: “En el catecismo no aparece una condena explícita a la homosexualidad como tendencia. Simplemente se refiere al cuidado y la vivencia de los actos”.

El cura afirma que la Iglesia no niega la realidad de la presencia de la homosexualidad en la mayoría de las culturas, sino que sigue proclamando lo que entienden como verdad de la revelación de Dios. “Se conoce, se sabe de esta realidad, pero propugnarla, enseñarla y, a veces, desde algunos ámbitos, querer imponerla, eso no está bien”, señaló.

OTRA ADVERTENCIA.  Ramos es muy directo con aquellos que ejercen libremente su homosexualidad. “Allá cada uno con su opción y con su situación, con su historia y su vida, pero enseñarlo como lo lógico, difundirlo como la verdad, lo que tiene que ser, ahí es donde nosotros lo objetamos”, señaló. En todo caso, Ramos aconsejó: “Hacete ayudar a ver si lo tuyo es una confusión o una opción, buscá ayuda en tu familia y con algún profesional”.

Para el cura, la Iglesia tiene una tradición, que “es la de conservar algunos valores, no es cerrarse, sino orientar con criterio de coherencia”.

Por último, sostuvo que su homilía del miércoles se basó en las palabras del Evangelio, en la frase que hace unos años provocó un escándalo nacional cuando fue pronunciada por el ex obispo castrense Antonio Baseotto, quien proponía -citando el Evangelio-, que “los que escandalizan a los pequeños merecen que les cuelguen una piedra de molino al cuello y los tiren al mar”.

Ramos sostuvo que no le quiso hacer el mal a nadie con sus palabras, si no que buscó que las familias reaccionen en contra cuando en la escuela se pretenda enseñar sobre sexualidad y género.