I) Párrafos del libro La Justicia por su nombre, de Rafael Bielsa.
“Tres cosas son menester para la justicia alcanzar: tener razón, saberla pedir y que la quieran dar”.
“La tarea por delante es restaurar la calidad de las instituciones, tarea de todos, porque común es el destino de este país poco común”.
“En un país donde la muestra gratis de la palabra dada es la mentira, el lugar de la verdad lo ocupan los rumores”.
“Para que la administración de justicia responda a las necesidades de la sociedad, debe ser reformada”.
“Dentro de la condición humana también existe un sentimiento moral propio, y sobrevivir sin renunciar a nada de ese ordenamiento subjetivo fundamental no es concedido más que a poquísimos individuos superiores”.
“Para un país acostumbrado a trivializar el derecho y las reglas de juego, no es oportuno cambiar el espejo, sino mejorar el semblante de las instituciones”.
“Hace bastante tiempo se reprochaba a los jueces ¡haber encargado a su secretario la redacción de sus sentencias! Mirada con los ojos de hoy, muchos no vacilarían en calificar la infracción como una bagatela”.
“Es tan difícil encontrar un juez sin preferencias políticas como encontrar a un ciudadano sin ellas”.
“Comunicativo, el juez Julio Cruciani declaró a la prensa que en Argentina ‘únicamente los funcionarios y políticos sospechados son los que dicen creer en la Justicia”.
“La inexistencia de venganza no debe ser homologada a la existencia de perdón”.
“Dijo Primo Levi: ‘Un no cristiano como yo está dispuesto a seguir el precepto judío y cristiano de perdonar, a condición de que el perdonado se arrepienta. Entonces, habrá dejado de ser enemigo”.
“La sociedad argentina de hoy no honra la decencia, más bien aplaude el escándalo. El periodismo, cuando lo ofrece como esparcimiento, se lleva el premio”.
“Es lo que está sucediendo con lo que se ha dado en denominar la farandulización de la Justicia”.
“Sin embargo, Argentina es un buen ejemplo de la regla según la cual nada es nunca tan malo que no pueda ponerse peor”.
“El atajo pasó a ser la manera natural de alcanzar un espacio. La famosa ley de Truman se convirtió en emblema: si no puedes convencerlos, confúndelos”.
“La restauración de la ética colectiva será la tarea primordial del futuro adyacente. Trabajo para pacientes y para peregrinos, porque así como se tarda un segundo en pasar de la civilización a la barbarie, lleva años volver de la barbarie a la civilización. El segundo es un camino arduo y de cornisa, el primero fue –dolorosamente– un atajo”.
“El verdadero juez debe controlar el buen funcionamiento de los órganos de los otros poderes y trabajar para que el sistema democrático se mantenga. Cuando no desarrollan ese papel, son falsos. Seguirán diciendo el derecho, pero es más difícil que impartan justicia con autoridad, que para los romanos significaba respetabilidad y crédito”.
“Acaso haya más de un modo de disipar los males que aquejan al servicio de justicia en Argentina. Pero de lo que no hay ninguna duda es de que los jueces, en su conjunto, están frente a una tarea mítica. La manera como respondan a la demanda de justicia de la ciudadanía les dará la medida de su legitimación. Y, en gran medida, nos dará la de nuestra democracia”.
“En nuestro país son pocos los casos en que se intenta obtener una reparación por existencia de error judicial, lo que convierte a los jueces en los únicos empleados estatales patrimonialmente casi irresponsables si se llegasen a equivocar”.
“Lo dice el refrán: Justicia, Dios la conserve, pero de ella nos preserve”.
“En nuestro país se ha subrayado que una adecuada administración de justicia es un prerrequisito básico de la organización social. Un estudio del Banco Mundial señala que los sistemas judiciales inestables socavan en gran medida el desarrollo y distorsionan el comercio, hacen aumentar el costo de las transacciones y alientan la corrupción”.
“El costo judicial ha sido reiteradamente señalado como uno de los elementos con mayor capacidad para restar competitividad a nuestros productos en el exterior”.
“La corrupción administrativa es incompatible con la dignidad; un funcionario orgulloso de su condición no se vende”.
“Para que la Justicia sea injusta, se ha dicho, no hay necesidad de que se equivoque, basta con que no juzgue cuando se espera que lo haga”.

II) Para completar, transcribo párrafos extraídos de la recopilación de Daniel Alberto Dessein Reinventar la Argentina, que incluye extractos de dos artículos del periodista Joaquín Morales Solá titulados ¿La prensa en el banquillo? y El resurgimiento será una obra política o no será.
En el primero dice: “Cuando el periodismo cruza la frontera invisible entre la profesión y la charlatanería, lo que está edificando es un discurso demagógico. ¿Por qué el ejercicio de la demagogia debería ser nefasto para la política y sano para el periodismo?”.
“¿Cuánto falta para que también en el periodismo terminen pagando justos por pecadores, si antes no hacemos nosotros mismos la necesaria depuración?”, y remata asegurando sin dudas: “Un obstáculo importante en el camino de la autocrítica es la soberbia”.
En el segundo artículo finaliza diciendo: “El resurgimiento será una obra política o no será en tanto la política y los políticos sigan siendo los mismos, en tanto el proyecto económico sea una simple copia de ideas ajenas, en tanto la sociedad no asuma como propia la solución nacional y en tanto todos, incluidos los periodistas, sigamos aceptando la tesis de que siempre la culpa está en algún lugar que no es este”.