“Se habla de acuerdos. Una cosa es el discurso y otra cosa es la realidad. Parece lo de Alberto Fernández, que les pide a todos que se queden en su casa pero él, en julio del año pasado, festejó el cumpleaños de su pareja: Fabiola Yáñez. Un doble discurso, una cosa es lo que dicen y otra es lo que hacen. Insisto, esto del acuerdo tiene que ver con esto, con tener confiabilidad”. Esa fue parte de la respuesta de Alfredo Cornejo cuando se lo consultó por ese convite que en público está haciendo el kirchnerismo a nivel nacional para abordar problemas graves y estructurales, como el de la inflación, el déficit fiscal y la ausencia de crecimiento, de creación de riqueza y de desarrollo que padece el país.

Entrevistado en LVDiez, el ex gobernador, actual diputado nacional y aspirante en estas elecciones a una banca en el Senado de la Nación, dejó en claro lo que los halcones de la oposición piensan del cuarto gobierno kirchnerista que tiene a Alberto Fernández en la Presidencia: que con La Cámpora o con el kirchnerismo no es posible “porque de los últimos 18 años, en 14 han gobernado al país y nunca tuvieron un acuerdo con la oposición ni con los sectores productivos. Se han peleado con el campo, con los sectores más dinámicos de la economía todo el tiempo, no son ellos los de los acuerdos”.

son ellos los de los acuerdos”. ¿Qué comienza a jugarse Cambia Mendoza el domingo, con Cornejo y Rodolfo Suarez en la boleta, además de Cobos? Lo que en un principio parecía que toda la estrategia y energía del elenco que gobierna la provincia desde los últimos 6 años estaría puesta en la elaboración de un discurso puramente local para imponerse en esa carrera en la que compiten las provincias no K y ver cuál de todas es la más opositora a Cristina Fernández de Kirchner y compañía, ahora se muestra mutando hacia un mix en donde esa defensa por la provincia, por lo puramente mendocinista, se ha tamizado con los desafíos a los que Juntos por el Cambio cree sentirse invitado, a cosas mayores de las que tenía pensado en el escenario electoral nacional.

Los cálculos previos, según Cornejo, les ofrecen una instancia impensada mucho antes de que la administración nacional no hubiese equivocado tanto el rumbo como lo hizo con el manejo de la pandemia, en la forma en la que intentó salir de la cuarentena más dura para reactivar la economía o bien por esos hechos incalificables e inclasificables del vacunatorio vip, la negociación fallida y serpenteante para la obtención de vacunas y, claro está, las reuniones sociales en Olivos cuando para todos estaban prohibidas.

Los resquicios a los que se aferran radicales, macristas y carriotistas provienen de las señales que despiden las ocho provincias argentinas que eligen senadores, como Mendoza. A ella se suman Catamarca, Chubut, Córdoba, Corrientes, La Pampa, Tucumán y Santa Fe. “Si la oposición se impone en cinco de esas ocho, el kirchnerismo pierde el quórum propio en el Senado”, imagina Cornejo; y si a eso se agrega un avance opositor en Diputados que le impida la mayoría al kirchnerismo en esa cámara, se podría pensar seriamente en un cambio de rumbo económico, distinto del que lleva la administración desde que arrancó a gobernar. Por eso, dice Cornejo, “le vienen bien a la Argentina ponerle un freno al gobierno de Alberto y de Cristina”.

“Lo que se está haciendo en materia de instrumento de política económica es un fracaso total: la circulación de la moneda, la emisión, la política exterior, los acuerdos y los no acuerdos con la mayoría de los países. Bueno, todas esas cosas están afectando al sector productivo”, opina el ex gobernador. Y le apunta a la columna vertebral que sostiene el proyecto del oficialismo, a la política de los subsidios y planes sociales en masa como método para ganar, mantener y afianzar voluntades que jueguen a su favor en los procesos electorales.

“Hay gente que tiene hace 16 años un plan. Eso no pasa en ningún lugar del mundo, donde los planes de empleos son transitorios, para un momento determinado, para seis meses o, a lo sumo, un año. Lo hace España, Italia, lo hacen los países donde buena parte de la inmigración de Argentina provino. Entonces, hay que salir de la cultura del plan de empleo”, según el diputado nacional. A lo que agrega: “Con esta política macroeconómica en la que insisten Alberto y Cristina no vamos a salir nunca de los planes de empleo y esto está creando una falta de sustentabilidad de la economía. No se puede conseguir trabajadores para determinadas actividades, de baja calificación, porque pierden la asistencia, está claro”.

Este primer acto del proceso electoral de medio término dejará tres aspectos interesantes para ser observados de cara a lo que viene. En primer lugar, la diferencia que se saquen los frentes mayoritarios, entre el primero y el segundo. Se cree que Cambia Mendoza se impondrá. El punto es conocer el nivel de apoyo que obtendrá y cuánto le podría sacar al Frente de Todos que, cuando menos, alcanzaría el segundo lugar. Y en esto, un subtema de interés no menos trascendente: a cuánto llegará un oficialismo que desde el 2013 y en elecciones generales no baja de 45 por ciento de adhesión. La incógnita está planteada en el peronismo a su vez. Una cosecha de votos por debajo de 25 por ciento o cercana a esa cifra será interpretada como una rotunda derrota. El Frente de Todos aspira a alcanzar alrededor de 36 puntos, los mismos que obtuvo en el 2019. De igual forma se está frente a unas PASO donde la participación en las urnas está por debajo de la general.

El segundo asunto trascendente está focalizado en la tercera fuerza. Cuál de todos los espacios que disputan el viejo e histórico lugar del PD se quedará con esos votos que supieron tener José Luis Ramón y Nicolás del Caño en el pasado reciente.

Hay un tema más de interés y tiene que ver con la interna del PJ en Godoy Cruz. Allí se presenta una colectora que está dando mucho que hablar en la previa. Por esa vía, la mayoría del peronismo tradicional, las organizaciones sociales y hasta piqueteras, le disputarán el liderazgo del partido que ejerce con mano firme La Cámpora. Es un departamento clave y altamente simbólico, la casa natal de nada más y nada menos que de Anabel Fernández Sagasti y Lucas Ilardo, los abanderados de la agrupación. Una batalla que, según el resultado, puede que llegue al plano nacional como uno más de los tantos efectos que tendrá la elección.