Las condenas a muerte contra el ex presidente de Irak Sadam Husein y dos de sus antiguos altos funcionarios tendrán posiblemente un impacto limitado en la insurgencia de Irak, manifestaron ayer importantes estrategas y analistas árabes. No obstante, el fallo podría significar nuevos contratiempos en el vacilante proceso político y de reconciliación nacional en el país, según indicaron a la agencia DPA. “Creo que los veredictos podrían incitar a la insurgencia durante un período limitado de tiempo, porque el dinamismo de violencia en Irak se basa principalmente en fuerzas separatistas y étnicas y no tiene nada que ver con Sadam”, indicó Mohamad Masri, analista del Centro de Estudios Estratégicos de la Universidad de Jordania.
“Los grupos rebeldes que tienen como objetivo a las fuerzas de ocupación han hecho esfuerzos por disociarse del ex presidente iraquí, simplemente porque no quieren dar al pueblo iraquí la impresión de que están luchando por restaurar un régimen totalitario”, añadió. Según Masri, incluso miembros del partido Baath de Sadam están “oponiendo resistencia bajo el paraguas de grupos que discrepan con Sadam” en ideología. Sugirió que la reacción a la sentencia a muerte impuesta a Sadam será “muy apasionada, pero de poca duración”.
El domingo, un tribunal iraquí decidió que Sadam y dos de sus altos funcionarios deben morir en la horca, tras declararlos culpables por su papel en la muerte de 148 chiíes iraquíes tras un intento fallido de matarlo en un atentado en 1982 en Duyail. Las sentencias provocaron reacciones encontradas en Irak, donde la mayoría chií y la comunidad kurda celebraron la condena, mientras los suníes la condenaron o se abstuvieron de comentarla.
Masri sostuvo que la sentencia podría aumentar la popularidad de Sadam en países árabes, dado el fracaso de la corte para aplicar estándares legales internacionales y la convicción en el mundo árabe de que los veredictos fueron realizados para servir a los objetivos políticos de Estados Unidos y Gran Bretaña. “Grupos islámicos podrían utilizar las sentencias como una evidencia del fracaso de los métodos estadounidenses en la región, porque son injustas y antidemocráticas”, dijo Masri.
Qadri Saeed, jefe del departamento militar del Centro de Estudios Estratégicos Al Ahram, en El Cairo, comparte en gran parte los puntos de vista de Masri. “No creo que las condenas a muerte tengan un impacto tangible sobre la resistencia iraquí, furiosa por diferentes razones”, indicó a la agencia DPA. Al menos 105 soldados estadounidenses han muerto en octubre en Irak y en noviembre son hasta ahora 18, según el comando estadounidense.
“Desde un punto de vista puramente político y estratégico, los veredictos podrían ser utilizados tanto por los simpatizantes como por los oponentes de Sadam para promover sus propios intereses”, dijo Saeed. Dijo que el tribunal que emitió los veredictos se vio “bajo presión de los norteamericanos”. “Nadie puede negar el hecho de que el juicio ha tenido una dimensión política. Pero Sadam no es un hombre normal y su historial está lleno de aspectos negativos”, indicó.
Taher Adwan, editor jefe del diario jordano Al Arab al Yawn, manifestó que cree que la condena a muerte en la horca “agravará la (mala) situación en la seguridad de las fuerzas estadounidenses en Irak y profundizará la brecha entre los grupos que participan en el proceso político”. “Por eso el gobierno iraquí decidió antes del anuncio de veredicto decretar toques de queda en Bagdad y otras tres provincias y permitir a las zonas chiíes celebrar las condenas a muerte”, indicó Taher./