Apenas 10 días pasaron desde que Roberto Iglesias, jocoso y sonriente, decía que una interna con Cobos era como “si Celso Jaque lo desafiara a una interna”, y un montón de seguidores, en lugar de estar trabajando, se reían ampulosamente mientras defenestraban a quien, precisamente, les daba el trabajo que ellos incumplían para hacer obsecuencia con su jefe.
Hace una semana exactamente, mientras todos miraban para otro lado, en esta columna escribíamos: “Mucho se ha hablado de la intervención, de sus formas y métodos. De por qué sólo Mendoza y de esta guerra ya terminal entre Julio Cobos y Roberto Iglesias. Pero atrás de todo esto, hay otra interna sobre la que ya alguna vez escribimos y que aparece olvidada, pero que está a punto de terminar con el poco poder que le queda al ex gobernador, quien, sin dudas, a esta altura parece haber fracasado en su intento por transformarse en el candidato a presidente anti kirchner y de hacer renacer a la UCR”.
Hoy, exactos siete días después, Iglesias ya dejó la presidencia de la UCR nacional, sumándose, de alguna manera, al síndrome de los presidentes radicales que abandonan el barco. Iglesias se vio rodeado de un lado y de otro. Su cruzada de purista duró tanto como quiso la interna bonaerense, manejada aún con mano de hierro por Raúl Alfonsín. Cuando vieron que su ruptura con Cobos lo dejaba a su merced, presionaron con la alianza con Lavagna y le rodearon la manzana a Iglesias. La soledad en la que tuvo que llevar adelante la desprolija intervención a la UCR mendocina, sólo acompañado por Stolbizer, fue, como dijimos la semana pasada, el primer gesto. Y una nueva ronda de conversaciones con el ex ministro de Economía, el último, que terminó decretando la defunción de la gestión del ex gobernador.
¿Y AHORA? Hoy, Iglesias está acompañado por sus más fieles, pero en las próximas horas seguramente muchos más cruzarán el charco hacia el cobismo. Más vale subirse último al barco que quedarse mirando de la orilla. Algunos arriesgan que el ex gobernador volverá a refugiarse en Mendoza y tratará de construir su candidatura a gobernador para enfrentar al cobismo. Otros especulan que intentará cerrar filas con el cobismo más conciliador para tratar de recuperar soldados y enfrentar a la concertación.
Todavía pasó muy poco tiempo de su decisión como para saber hacia dónde rumbeará el barco político del iglesismo en los próximos días o meses. Pero una especulación dice, ya por estas horas, que una salida sería aceptar la interna con el cobismo para abril y poner toda la carne en el asador para intentar quedarse con la candidatura y el control del partido. Los más férreos seguidores del ex gobernador aseguran que, en una interna sólo reservada a los afiliados, el triunfo es de ellos.
DÍAS NEGROS. El cobismo no vivió sus horas mejores en estos días. El escándalo de los barras de Godoy Cruz dejó al descubierto que muchas veces hay gran diferencia entre el discurso y la acción. Para colmo de males, el escándalo arrastró sin más, y con una contundencia irrefutable, al hombre todoterreno al que Cobos había recurrido para todo. A fuerza de decir que sí y de su capacidad para no hacerle asco a nada, Pérez Botti se había reciclado de menemista a un cobista de primera línea y todo servicio, y, para colmo, se fue envuelto en la peor de las sospechas en el imaginario del gobernador: la corrupción.
Después de haber pecado de, por lo menos, ingenuidad –algo en lo que se vio envuelto hasta el propio gobernador– en el comienzo de esta trama, ahora hace malabarismos para tratar de despegarse de un escándalo de proporciones que llegó en el peor momento. “Hay veces que todo viene cruzado y otras, llueve sopa.Nos estalló esto y no lo supimos manejar, justo cuando la posibilidad de Julio vice se enfría. La verdad se nos cruzó todo, pero si somos inteligentes, lo remontamos fácil”, se confesó un hombre que sabe de los intríngulis del palacio de la calle Peltier.
Para Cobos y sus seguidores, actuar con inteligencia sería, por estas horas, tomar un respiro largo, reflexionar y, después, encarar una nueva etapa. “Salvando las distancias, esto para nosotros tendría que ser Misiones: barajar y dar nuevo en muchas cosas”, dice, en voz baja, otro hombre tratando de que no lo escuchen.
Y EL PJ, ¿CÓMO ANDA? Sin embargo, los rostros de preocupación mutaron cuando se conoció la noticia de la renuncia de Iglesias, tanto como en un amplio sector del PJ, que ahora ve que ellos también entran en dos caminos bien marcados: los que están a favor y los en contra de la concertación en versión provincial. Pero ambos ven a su favor la vuelta de Iglesias al ruedo. Los que están en el camino de la soledad, o sea la candidatura de Celso Jaque, aseguran que si Iglesias vuelve a pelear aquí, Cobos estará demasiado ocupado en eso y ellos tendrán espacio para crecer.
Los que sueñan con la concertación en la provincia dicen que si Iglesias baja, Cobos los necesitará más que nunca, y arriesgan que ya tienen un nombre de consenso para la vicegobernación: Enrique Thomas. Como se ve, el PJ es lo más parecido al Derecho, media biblioteca a favor y media en contra. Las próximas horas serán de temer. La información, los rumores y las operaciones serán una verdadera catarata y nadie sabe dónde terminará.