Pablo Andrada (23) fue condenado ayer a la pena de once años de prisión efectiva por el homicidio agravado de un joven de 21 años en el barrio 30 de Octubre, hecho ocurrido a principios de agosto del 2006. El juicio se desarrolló en la Segunda Cámara del Crimen y fue abreviado debido a que el imputado reconoció que asesinó de un escopetazo a Leonardo Araya luego de un cumpleaños. Las pruebas en su contra y la acusación de homicidio agravado por el uso de arma de fuego no le dieron chance a Andrada para defenderse en un juicio oral y público. Por lo que, a través de su abogado, reconoció el delito y acordó la pena con el fiscal de Cámara,Adelmo Argüello.
     Una pelea entre Andrada y Araya fue el desencadenante de la tragedia. Todo estaba tranquilo en la fiesta de cumpleaños a la que asistían.Araya se retiró del lugar y se encontró con Andrada frente a la casa 30 manzana 5 del citado barrio. Relatos policiales afirmaban en esa época que se había tratado de un ajuste de cuentas. La víctima estaba con un amigo, Paulo Damián Mora, quien se transformó luego, durante la instrucción del expediente, en el testigo único de la escena.
    Este aportó el dato de que el agresor venía en la parte trasera de una moto que circulaba en dirección oeste-este por calle Álvarez Condarco, en las adyacencias de la manzana 7, y que era conducida por un sujeto apodado El Pufi, cuando comenzó la trifulca en la que Andrada terminó con un disparo en el tórax. Araya descendió del vehículo e increpó al joven de 21 años. Luego de unos minutos, sacó una escota con un caño de aproximadamente setenta centímetros y no le tembló el pulso: disparó a quemarropa y el proyectil provocó que Andrada muriera al llegar al Central