WASHINGTON/PRAGA/VARSOVIA(DPA). Tras años de protestas por parte de Moscú, el presidente estadounidense Barack Obama frenó ayer el plan de su predecesor, George W. Bush, para instalar en Polonia y República Checa un escudo antimisiles contra los misiles de largo alcance iraníes. En lugar de ello se desarrollará un nuevo sistema contra los misiles de mediano y corto alcance. Este nuevo sistema es más efectivo, otorga una mejor protección y, además, es más económico, dijo Obama. “Para decirlo de forma sencilla, nuestra nueva arquitectura de defensa en Europa resultará en una defensa más fuerte, más inteligente y más rápida”, añadió el presidente, para quien se trata de “la mejor respuesta a la amenaza del programa de misiles de Irán”.

    Obama aseguró que había tomado esta decisión de acuerdo con la cúpula militar estadounidense y después de que se estudió la evolución de los misiles iraníes. La decisión a favor del nuevo sistema se basa en dos aspectos. Por un lado, los servicios secretos consideran que la principal amenaza son los misiles iraníes de corto y medio alcance y, por otro, se han registrado avances en la teconología de defensa estadounidense. El ministro de Defensa, Robert Gates, apuntó que el nuevo sistema podrá instalarse en barcos en el norte y sur de Europa. Gates aseguró que en una primera fase podrían instalarse misiles SM-3 en barcos emplazados en el mar Egeo.

    Los planes de George W. Bush sobre un escudo antimisiles en Polonia y la República Checa contra los misiles de largo alcance iraníes lastraron las relaciones entre Washington y Moscú de forma considerable. Washington siempre aseguró que sus intenciones no se dirigían contra Rusia, pero Moscú consideraba ese sistema una amenaza y había anunciado que tomaría las medidas correspondientes. Al poco de la elección de Obama en noviembre , Medvedev avisó que si Estados Unidos seguía adelante, Rusia desplegaría misiles Iskander en la región báltica de Kaliningrado.

    Rusia recibió con satisfacción la decisión de Obama. “Es una consecuencia lógica de la postura intransigente de Rusia”, dijo ayer en Moscú el portavoz de Exteriores del Consejo Federal ruso, Mijail Margelov, según la agencia de noticias Interfax. De forma similar se expresó también el presidente de la comisión de Exteriores de la Duma, Konstantin Kossatchov, para quien la decisión de EEUU “es un indicio de que Barack Obama se toma nuestros temores más en serio que su predecesor George W. Bush”.

    Ni el presidente ruso, Dimitri Medvedev, ni el primer ministro, Vladimir Putin, se han pronunciado todavía sobre este tema. Los analistas rusos consideran que, con esta decisión, EEUU intenta mejorar sus relaciones con Rusia y evitar conflictos en el seno de la OTAN, donde el proyecto estadounidense no siempre gozó de buena prensa.

    “EEUU intenta, seguramente, evitar una división en la OTAN” apuntó el politólogo Sergej Markov. Por su parte, Alexander Pikajev, del Instituto de Moscú para el Comercio Mundial, confía en que esta decisión “permite confiar en una continuación del diálogo sobre seguridad europea”. Bush habló por primera vez de sus planes en el año 2002 pero no los concretó hasta el 2007. El ex presidente preveía la instalación de una radar en la República Checa y diez misiles interceptadores en Polonia para neutralizar eventuales amenazas de países como Irán y Corea del Norte.

    Los acuerdos correspondientes fueron suscriptos con los gobiernos de Praga y Varsovia en julio y agosto del 2008. Las negociaciones con Polonia fueron difíciles, ya que el Gobierno de ese país exigía garantías contra posibles represalias procedentes de Rusia. En la madrugada de ayer, Obama informó de su decisión al presidente checo, Jan Fischer. Ese mismo día, una delegación estadounidense se reunió en Varsovia con representantes del Gobierno para explicarles el desarrollo de los acontecimientos. El ex presidente polaco Lech Walesa se mostró decepcionado por el comportamiento de EEUU. “Los americanos siempre se han preocupado de sus propios intereses y se han aprovechado de los demás”, dijo quien fue líder del sindicato Solidaridad.

    Alemania aplaudió la decisión de Estados Unidos. Su ministro de Exteriores, Frank Walter Steinmeier, subrayó ayer en Berlín que esa decisión es “una señal a todos los socios de que el Gobierno estadounidense busca soluciones comunes”. También Austria saludó la decisión del presidente Obama. “Como europeo me alegro de que no se vaya a construir ese absurdo escudo antimisiles”, manifestó el ministro de Defensa del país alpino, Norbert Darabos.