Mientras el suelo temblaba en Puebla, México, por el terremoto de magnitud 7,1 que ha causado centenares de muertos, el volcán Popocatépetl entraba en actividad. La exhalación de una considerable columna de humo pudo ser grabada por las cámaras fijas y los transeúntes que escapaban del temblor cuyo epicentro ha sido radicado en ese mismo estado.

El Centro Nacional de Prevención de Desastres de México (Cenapred) mantiene el semáforo de alerta volcánica en Amarillo fase dos. Aunque la fumarola grabada durante el sismo ha sido la más llamativa, en las últimas 24 horas se han identificaron 188 exhalaciones de baja intensidad y tres sismos volcanotectónicos previos al terremoto de magnitud de 1.9, 2.2 y 2.0 respectivamente. Las ‘exahalaciones’ son emisiones de vapor de agua y gases que arrojan ocasionalmente cenizas y fragmentos, y no llegan a ser consideradas erupciones.

Así, a las alertas por las posibles réplicas del terremoto y los derrumbes para los habitantes de Puebla, se suman las recomendaciones para evitar las consecuencias de la actividad volcánica. Se debe mantener un radio de doce kilómetros de distancia del volcán para evitar ser alcanzado por los fragmentos balísticos que puedan salir despedidos.

Situado entre los estados de México, Puebla y Morelos, los más afectados por el terremoto, el Popocatépetl es un volcán vivo que es objeto de una monitorización constante. En su último comunicado el Cenapred no había detectado un incremento significativo de su actividad a causa del terremoto.