Si hay algo que llama cada vez más la atención a los comensales es el precio de las papas fritas –un clásico nacional– a la hora de pedirlas en un bar o restaurante. Solo un plato cuesta, en promedio, $100, cuando en cualquier verdulería un kilo no supera los $10 y ni hablar del valor al que se puede conseguir una bolsa grande: $80. Algo no está bien.