Una mujer fue condenada a 3 años de prisión en suspenso por entregar a su hija como forma de pago a los propietarios de una vivienda para no pagar el alquiler. Los culpables fueron condenados, aunque todavía sin sentencia firme en Entre Ríos.

El calvario de la joven, que hoy tiene 20 años, empezó en 2011 en su propia casa y con la complicidad de quienes debían cuidarla. Su mamá y su padrastro la entregaban “bañada y limpita” al dueño del lugar y a su hijo.

Tenía 14 años en ese momento y la primera vez que se animó a contar algo fue en la escuela. A sus compañeras primero y después a una maestra, que dio aviso a la Defensoría de Menores. A partir de ahí siguieron entrevistas con psicólogos y psiquiatras y una declaración en cámara Gessell. Todo confirmó el horror que había confesado la chica: permitían que la violaran para no pagar un alquiler.

Los culpables fueron finalmente condenados, aunque todavía sin sentencia firme. Raúl Benjamín Benítez recibió una pena de 2 años de prisión de cumplimiento efectivo y a su hijo, Raúl Francisco, le dieron 6 años y medio por abuso sexual con acceso carnal.

Por su parte, a la madre la condenaron a 3 años de prisión en suspenso por cooperación en abuso sexual. Después de la denuncia, la mujer le había enviado una carta a su hija al Hogar para víctimas donde había sido trasladada. En su mensaje le decía que la amaba y que lamentaba lo que había pasado, pero que “no hablara más de la cuenta”.