La evolución de la tecnología también llegó al área de los juguetes sexuales. Si bien hay artículos simplemente varían de tamaño y forma, el mercado de las muñecas sexuales ha cambiado bastante. Las antiguas muñecas inflables están siendo reemplazadas por sofisticados robots sexuales que se asemejan cada vez más a una mujer real.

De hecho la universidad Duisburg-Essen en Alemania publicó en 2016 un estudio en el cual el 40% de los entrevistados se veían teniendo sexo con una muñeca o un robot sexual.

Hong Kong Free Press

Sin embargo, la nueva muñeca de la empresa True Companion está generando polémica. El modelo en cuestión, “Roxxxy” tiene un modo llamado “Frigid Farrah” (Farra la frígida) con el cual se puede simular una violación. En la página de la empresa se cuenta que en este modo, la muñeca adopta una cara rígida si se toca la zona púbica.

Toronto Star

Organismos en contra de la violencia machista se han declarado en contra, ya que está promoviendo la cultura de la violación con total naturalidad.

La columnista del New York Times, Laura Bates, publicó un artículo llamado “The Trouble with Sex Robots” en la cual comenta el peligro de normalizar la violencia sexual pasando por alto que se trata de un crimen.

En su artículo comenta “La violación no es un acto de pasión sexual, es un crimen violento. No debemos facilitar a los violadores porque deribaría en que les facilitemos a un potencial asesinato dándole muñecos para que puedan acuchillar. Si bien esto suena ridículo ¿Por qué la idea de darle un robot a un abusador suena fehacible?”.

Gratuitous Science

Los creadores de la muñeca se defienden explicando que el robot “permite que cada uno pueda realizar sus sueños sexuales más privados“ y asumen que en caso de que un usuario sea partícipe de una violación ellos no serían responsables.

Lifeboat Foundation

El diario online británico The Independent consultó el tema con el profesor de robótica Noel Starkey. Este comenta: “Algunas personas dicen que es mejor que violen a los robots que violen a personas reales. Hay otras personas diciendo que esto sólo animaría a los violadores. Los robots no tienen ningún tipo de emoción por sí mismos, la gente se une con los robots, pero es muy unidireccional, estás amando un artefacto que no puede amarte y eso es lo que es triste”

Fuentes: True Companion, Publimetro, The New York Times, The Independent