Faltan dos años, pero el gobierno provincial tiene decidido no prorrogar el contrato con el Casino Club de San Rafael. De esta manera continuará con su política de cierre de salas de juego en toda la provincia, como ocurrió en el Valle de Uco y Uspallata.

Según explicó el gerente del Instituto Provincial de Juegos y Casinos, Andrés Lombardi, en 2019 se vence el contrato del casino del sur que es manejado por Ricardo Benedicto, socio Cristóbal López, el empresario ligado al kirchnerismo. 

Desde la sala de juegos habían solicitado con anticipación la prórroga de la concesión durante la gestión de Francisco Pérez. Pero el anterio gobierno no se la otorgó y ahora la administración de Alfredo Cornejo tomó la decisión de rechazar el pedido.

“Esto tiene que ver con la política de restricción del juego, menos máquinas es más saludable para la gente”, explicó Lombardi. “En principio no le vamos a dar la opción a prórroga y se da por finalizado el contrato en tiempo y en forma”, agregó.

En tanto a las salas de juego de San Martín y Rivadavia recién se les vence el contrato en 2021, de manera que la decisión de renovar o no estará a cargo del próximo gobierno. Lo mismo sucede con los casinos de General Alvear y Malargue que tienen contrato hasta el 2020.

Hasta la fecha el gobierno provincial terminó con los contratos de Tupungato, Tunuyán, La Consulta, Eugenio Bustos y Uspallata.

Crece la recaudación de un casino privado

Tras el cierre de los anexos del Valle de Uco, el negocio del juego quedó en manos del Casino del Hotel Fuente Mayor, operado por la firma Kristich. Entre Tunuyán y Tupungato había alrededor de 500 máquinas, mientras que ahora el casino privado tiene solamente 125, aunque aumentó su recaudación.

Los números muestran que en enero de 2017 el casino Fuente Mayor recaudó casi dos millones de pesos en juegos, mientras que entre el anexo de Tunuyán y Tupungato sumaban en recaudación alrededor de 8 millones de pesos.

En el mes de junio Fuente Mayor recaudó poco más de 4 millones de pesos, es decir que duplicó sus ganancias. “Sin duda que iba a incrementar sus ganancias, lo bueno es que hubo una disminución sustancial de las máquinas”.

En ese sentido Lombardi recordó que desde que asumieron hay 585 máquinas menos en toda la provincia.

Desde el Gobierno se entusiasmaron con que a partir de los cierres la gente vuelque su dinero al comercio u otras actividades. Sin embargo el titular de la Cámara de Comercio de Tunuyán, Alberto Carletti, afirmó que por ahora no se puede medir la incidencia del cierre del Casino, aunque señaló que las ventas vienen en caída con respecto a julio del año pasado.

Por su parte el titular de la Unión Personal de Juego Casino de Mendoza (UPJCM), Martín Caín, que el Casino de Mendoza perdió mucho dinero por cerrar las salas. “Es una decisión política que perjudicó al mismo Estado”, manifestó. Además señaló que hay 55 empleados que aún no han sido reubicados.