Mientras cae la nieve en Mendoza y comienzan a sonar los jingles de campaña con las promesas de los candidatos para las elecciones de este año, hay una realidad que subyace: los comprovincianos más vulnerables. Tal como informamos en esta edición, las estrategias de los políticos para ganar los comicios crecen al ritmo de los mendocinos que no la están pasando bien, que necesitan un plato de comida y comienzan a abarrotar las puertas de algunas iglesias de referencia en la provincia para satisfacer una necesidad y un derecho tan básico. De ahí la importancia de comprender y trabajar desde el Estado por mayores políticas de desarrollo e inclusión social y laboral. Los grandes gastos que insumen los años electorales han disminuido en relación con el proselitismo de épocas recientes, pero ese descenso no logra verse en las personas que piden ayuda. Por eso, no sólo hace falta más solidaridad sino mayor compromiso oficial también en las prioridades.