Los investigadores creían que iba a ser una tarea complicada identificar el cadáver calcinado encontrado el mediodía del miércoles 12 en el oeste de Godoy Cruz. Sin embargo, en tres días lograron lo imposible y confirmaron los datos filiatorios gracias a la única parte cuerpo que “se salvó” de no ser desintegrada por el fuego o comida por perros: la mano derecha.
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Este sábado se conoció que el hombre asesinado y prendido fuego en un canal de la zona conocida como Pajaritos Viejos era Leonardo Lucero (24), domiciliado en el citado departamento. Los profesionales forenses rescataron algunas huellas dactilares de la extremidad y se realizó un cotejo digital con la base de datos de la policía.
El resultado fue positivo y, de esta forma, el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello, que se encuentra de turno en feria y trabaja en cuatro hechos de sangre ocurridos esta semana, encaminó la instrucción.
De acuerdo con fuentes policiales, Lucero estaría vinculado a la comercializacón de estupefacientes en Godoy Cruz y también en el microcentro.
Desde un principio, trascendió que la hipótesis principal estaba direccionada a un ajuste de cuentas narco. Y, por el perfil de la víctima, agregaron los detectives que conocen la zona, tomó más fuerza esa versión.
Lucero estaba domiciliado en calle Cipolletti, una calle que atraviesa de este a oeste en una zona caliente con respecto a la venta de estupefacientes del oeste de Godoy Cruz.
Si bien la causa no tiene detenidos, con la identificación de la víctima, los pesquisas creen que dieron un paso más que importante para intentar llegar al esclarecimiento.
Precisamente un día después de encontrado el cadáver, que se encontraba en un canal seco, debajo de un puente de concreto hacia el sur del cementerio privado Los Andes Memorial, este diario realizó un informe sobre los trabajos forenses sobre la mano derecha del cadáver, que era la única parte que podía permitir la identificación.
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Macabro
El hallazgo se produjo el miércoles al mediodía. Un puestero de la zona de calles Prolongación Totoral y Proyectada, caminaba por ese sector y escuchó que los ladridos de una jauría.
En el cruce, debajo de un puente, observó un grupo de perros que comían un cuerpo humano. Llamó al 911 y personal policial y judicial llegó para trabajar en la causa.
Ese mismo día, por un análisis de Policía Científica, trascendió que se estaba frente a un asesinato. La víctima presentaba algunas lesiones en el cuero cabelludo.
Al parecer, Lucero fue asesinado y luego prendido fuego. Le faltaban las dos piernas y el brazo izquierdo. Además, los canes habían comido algunos sectores, como la espalda.