El kilo de cocaína pura, puesto para la venta en las calles de Mendoza, cuesta 50 mil pesos en efectivo. A la organización interprovincial desbaratada en las últimas horas por la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico le incautaron 53 kilos en nueve días. La cuenta es simple: 2.650.000 pesos de ganancia por comercialización de drogas que dejaron de estar en poder de los narcos. Si se estira el estupefaciente, el número puede triplicarse.

Después de más de medio año de investigación, los efectivos que trabajan casos de narcocriminalidad dieron un importante paso para terminar con la banda. Ayer allanaron un taller en Salta y secuestraron 42 kilos de cocaína. El cargamento se sumó a los 11 incautados la semana pasada en Jocolí, Lavalle, de estupefaciente que iba oculto en el tanque de nafta de un vehículo.

Ver también: Incautan 11 kilos de cocaína tras una investigación de seis meses

La pesquisa sostiene que la banda familiar local de, al menos, cuatro integrantes viajaba a la citada provincia del norte argentino para adquirir la droga y luego la distribuía en diversos sectores del Gran Mendoza por medio de quiosquitos que ella misma administraba.

Es cierto que la mayor parte del cargamento decomisado era del señalado proveedor de los estupefacientes, un santafesino de 62 años, pero la captura de la pata mendocina fue la que permitió desarrollar una serie de procedimientos, en conjuto con la Policía salteña y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) en la localidad de San Ramón de la Nueva Orán, ubicada unos 30 kilómetros al sur de Bolivia (la cuna de la cocaína en Sudamérica), para empezar a cerrar el círculo de sospechosos.

Trabajo extenso. Hace más de seis meses que los policías locales comenzaron a seguir a un grupo familiar que viajaba cada tanto a Salta. Lo habían denunciado por traficante de cocaína por lo que pusieron la lupa sobre él.

El lunes de la semana pasada, en horas de la madrugada, montaron el control en la zona de Jocolí porque, de acuerdo con las pruebas de la pesquisa, un VW Cross Fox de su propiedad iba a llegar la provincia. Le frenaron el paso a las 7 y requisaron el rodado. En él viajaban dos personas: dos hombres, de 53 y 25 años. 

El hotel, de acuerdo a las fuentes, en el que se hospedaban los mendocinos en Salta.

A los pocos minutos detectaron que la droga iba a oculta en el tanque de nafta. Lo habían acondicionado para introducir los panes recubiertos con un plástico, pero los detectives descubrieron el engaño. En total, poco más de 11 kilos de cocaína fueron secuestrados.

De esta forma, se abrió la pesquisa y se desplegaron cinco allanamientos en diferentes sectores de Guaymallén (como el barrio Lihué y otros de El Bermejo). Uno de los domicilios allanados era el del hombre mayor.

Allí se encontraba su mujer, quien intentó huir al notar que su esposo no regresaba pero terminó reducida. Le hallaron elementos de corte y fraccionamiento. Los detectives que hablaron con El Sol sostienen que, en Mendoza, la cocaína era estirada para obtener el máximo beneficio posible.

Con el matrimonio y su yerno tras las rejas, profundizaron la pesquisa. Sabían que los dos hombres viajaban a Salta y se hospedaban en un hotel ubicado a 40 kilómetros del domicilio del proveedor de la cocaína.

Lo confirmaron al tomar contacto con los registros del alojamiento. Vieron las conexiones, y, la comisión de efectivos de Lucha contra el Narcotráfico viajó al norte para ser parte de los allanamientos. Estuvieron varios días realizando un seguimiento en la casa del vendedor de la cocaína, donde funcionaba un precario taller mecánico, y, finalmente, ayer a la madrugada irrumpieron. 

Así fue como dieron con 43 kilos de cocaína. Esa droga iba a ser camufalda en otro vehículo. Además, dieron con una pistola calibre 9mm, dinero en efectivo (25 mil pesos) y otras pruebas importantes para la causa, como tarros de grasa.

En el taller fue detenido el señalado proveedor, identificado por fuentes como Sergio Kurhi Ambrocio, oriundo de Santa Fe y nacido del 20 de noviembre de 1954. Al parecer, los mendocinos no eran sus únicos “clientes”: también detectaron que sujetos oriundos de Córdoba eran asiduos compradores en ese lugar, finalizaron las fuentes. 

La cocaína incautada la semana pasada en Lavalle. Iba oculta en un tanque de nafta.