Este lunes, la familia de Federico tuvo la confirmación menos esperada: el cuerpo que encontraron el 31 de mayo en el río Vilcanota en el camino que une Aguas Calientes y Machu Picchu, era el del mochilero que había desaparecido el 4 de mayo.

En medio del dolor y la angustia por la pérdida, la familia debe traer el cuerpo a la Argentina: en la Cancillería y el Gobierno peruano les cerraron las puertas en la cara, aseguraron.

Ahora, son los familiares los que tiene que encarar todos los gastos y trámites para poder darle el último adiós al joven de 21 años.

“Estamos completamente solos como estuvimos durante todo este tiempo. Las autoridades nunca nos escucharon. La cancillería no se hizo cargo de nada, ni de la búsqueda ni ahora de ayudarnos a que Federico pueda volver a su país. Necesitamos que la gente nos ayude”, contó Alejandra, la mamá de Federico al portal Minutouno.com.

“Traer el cuerpo de mi hijo sale 7 mil dólares”, contó y agregó: “Mi marido pudo estar este tiempo allá gracias a una mujer que los alojó y les dio comida”, explicó la mujer, mamá de otros tres varones.

A los pocos días de la desaparición del joven de 21 años, el papá y uno de los hermanos viajaron al lugar para encarar ellos mismos la búsqueda que no estaban realizando desde el Gobierno.