José Luis Ojeda (50), señalado de abusar sexualmente a niños y de un perro en el Instituto Antonio Próvolo, tiene fotos con los canes del lugar en su perfil de Facebook, y la querella lo utilizará como prueba para que la investigación del caso de zoofilia se reactive.

El escandaloso caso se supo cuando una de las personas abusadas contó durante una cámara Gesell que había visto a Ojeda manteniendo relaciones con un perro. En ese momento el hombre desarrollaba tareas administrativas en el lugar.

El relato de la víctima data de hechos que habrían ocurrido entre el 2014 y 2015, que casualmente coincide con las fotos de los animales publicadas por el imputado en la red social durante esos años.

Este último dato complicaría a la querella, la Asociación Reencuentro por la Vida integrada por los abogados Oscar Mellado, Ignacio Segura y Denis Pizzolatto, ya que podría tratarse de un delito prescripto.

Sin embargo, la asociación recurrirá a la Ley Sarmiento N° 14.346, artículo 3, inciso 7, que habla de los actos de crueldad contra animales: “Lastimar y arrollar animales intencionalmente, causándoles torturas o sufrimientos innecesarios o matarlos por el solo espíritu de perversidad”, para no perder la batalla.

Mellado indicó a El Sol que el lunes realizarán la presentación formal de las fotos como pruebas, ya que uno de los perros que la salen es el señalado por un testigo como “desaparecido, luego de que trascendió el hecho”. 

El querellante Mellado contó a El Sol que “si bien la Justicia no considera la zoofilia como un delito, nosotros indicaremos que el perro abusado fue sometido a un acto de crueldad. Por lo que, solicitaremos pericias médicas para detectar las lesiones de los canes del Próvolo”.

El señalado de zoodofilo es un hombre hipoacúsico que realizaba tareas administrativas en el establecimiento religioso y tenía contacto directo con los animales. Esto es visible en su cuenta de Facebook, en la que ha publicado fotos junto a los perros.

El acusado se encuentra alojado actualmente en el penal de Boulogne Sur Mer tras haber sido imputado por abuso sexual agravado y corrupción de menores, luego de que supiera que el hombre recibía ordenes de los curas, Nicolás Corradi y Horacio Corbacho, para practicar violaciones y felaciones.

Su discapacidad fue utilizada como estrategia por la defensa para declararlo inimputable, sin embargo las pesquisas indicaron que Ojeda era consciente de la criminalidad de sus actos.