A diferencia de la Argentina, el Banco Central de Brasil profundizó el recorte de la tasa de referencia, la tasa Selic, en 100 puntos básicos, hasta dejarla en 11,25%, amparado en datos de inflación que ya son acordes a la meta fijada por la entidad.

El comité de política monetaria del banco de nueve miembros, conocido como Copom, decidió ayer unánimemente reducir la tasa con el objetivo de repuntar la economía. Es que la actividad brasileña acumula una contracción de casi 8 puntos en últimos dos años, la peor recesión de la que se tenga registro. Cualquier repunte del país vecino favorecería a la Argentina, por tratarse de la reactivación económica de su principal socio comercial.

El de ayer fue el mayor recorte realizado por el Banco Central en 8 años; en marzo de 2009 la entidad la había acotado en 1,5 punto porcentual. Al mismo tiempo, la decisión consolidó una tendencia bajista que había comenzado en octubre de 2014, cuando la Selic se ubicaba en 14,25%. De todas formas, la noticia no sorprendió al mercado, dado que los expertos vaticinaban una baja de esa magnitud tras dos reuniones en las que la quita había sido de 75 puntos básicos.

Otra variable que afecta a la Argentina es el comportamiento del real, pero la moneda brasileña no se comporta según lo esperado. Un abaratamiento del costo del dinero debería haber provocado una devaluación, sin embargo, el real se viene manteniendo firme contra el dólar. Ayer el tipo de cambio cedió levemente, un 0,3%, hasta 3,13 por dólar, en cambio permanece en niveles altos si se tiene en cuenta que antes de la rebaja de tasas oscilaba entre los 3,20 y los 3,35. Según los analistas, la confianza en la recuperación económica creció desde que en agosto del año pasado Michel Temer asumió la presidencia. Igualmente, la percepción del mercado no es la población en general. Temer enfrenta cargos de corrupción contra un tercio de su gabinete, lo que afecta su popularidad.

La reducción de la inflación hasta un 4,5% de marzo (interanual) fue clave para que el Brasil pudiera abaratar el financiamiento. Y se estima que a fin de año será de 4%; ambos datos están dentro del rango de 3 y 6% fijado.
Incluso en la prensa brasileña destacan que no se alcanzaba una meta de inflación desde que la crisis internacional golpeó al país en 2009.

En las últimas semanas el Banco Central había anticipado que apunta a “una intensificación moderada” del ciclo de recorte de tasas. En esa línea, los expertos esperan que la Selic llegue a 8,5% a fin de año, un nivel no se ve desde julio de 2013.

No obstante, la velocidad de los recortes a las tasas podría depender de la aprobación de la agenda de reformas de Temer, incluyendo la reformulación del sistema de pensiones del país, que ya es resistida en el Congreso. Además, el Banco Central reconoció que continuaría vigilando la actividad económica y las expectativas de inflación antes de cada decisión.

“El comité considera adecuado el actual ritmo. Sin embargo, la coyuntura económica actual recomienda vigilar la evolución de los determinantes del grado de anticipación del ciclo”, aseguró el Copom en un comunicado.
Aún con nuevos recortes, la economía brasileña tendría una expansión de apenas un 0,4% este año y recién para 2018 repuntaría a 2,5%, según un sondeo semanal del organismo a economistas.