Por duro que parezca, el aislamiento obligatorio dispuesto por el Gobierno nacional está poniendo a prueba la capacidad social de resolver situaciones de crisis. En criollo y sin eufemismos, qué tan tonta o necia puede ser una persona para pensar que puede estar por encima de los problemas que aquejan a la humanidad. No es una contingencia menor. Se trata de la crisis más grave a nivel global luego de las guerras mundiales. Y, ni así, la situación de estar indefensos en cualquier punto de planeta era semejante a la actual.
Sin embargo, hay un lugar en el que podés resguardarte: tu casa. Por simple y llana que parezca, es la única solución conocida hasta ahora para combatir la pandemia de coronavirus. Por eso, llama la atención la desobediencia social de una parte de la población. Una negación absoluta a cumplir la ley y una falta de empatía para saber que quienes más se perjudican no son ellos, sino los demás.