La falta de segundas marcas de leche se hace notar en las góndolas de los supermercados mendocinos. Desde hace algún tiempo, se observa la venta habitual de las primeras marcas de este alimento de primera necesidad en la dieta de cualquier persona y la ausencia de las alternativas más económicas que las empresas ofrecen.

    El dato surge de un relevamiento realizado por El Sol en algunos de los supermercados más importantes de la ciudad, lo que coincide con lo observado por la Dirección de Control, Fiscalización y Defensa del Consumidor del Ministerio de Economía. Además, desde este organismo se advirtió la falta de queso cremoso de primeras marcas y, en algunos casos, se comprobó la ausencia de leche en las góndolas de los centros comerciales.

    Aunque hasta ahora no hay una respuesta concreta a la falta de marcas alternativas de leche, Estela de Vito, directora de Control y Fiscalización, reconoció que “aparentemente, no van a fabricar más segundas marcas”. También señaló que están tomando contacto con la Secretaría de Comercio Interior para encontrar los motivos de la cuestión.

    “Estamos tratando de averiguar por qué no llegan las primeras marcas, por eso estamos en contacto con la gente de Buenos Aires, para ver si ellos saben”, sostuvo la directora de Control y Fiscalización. Si bien la leche no falta en los supermercados, el inconveniente radica en que los precios de los productos de mayor calidad, lógicamente, implican un mayor costo, algo que muchas familias buscan evitar.

    En caso de que sea acertada la hipótesis que indica que las fábricas más importantes de leche hayan decido dejar de elaborar marcas secundarias, las respuestas para los consumidores no son muchas. “La gente tendrá que cambiar de fábrica y orientarse a otras marcas, de acuerdo a las posibilidades económicas”, señaló De Vito. Esta situación se enmarcaría dentro de lo que a nivel nacional está sucediendo, de acuerdo a lo que el diario La Nación publicó ayer.

    Según este matutino, en el orden nacional habría dificultades en la provisión de algunos alimentos, bebidas, repelentes y artículos de limpieza, lo que tendría que ver con un aumento en la demanda. De todas formas, esto no implicaría un desabastecimiento sino que muchas fábricas están trabajando al límite de sus capacidades.