El presidente de Bolivia, Evo Morales, llegó ayer a Japón para una visita oficial de cuatro días destinada a despejar las dudas niponas sobre la viabilidad inversora en su país y el derecho a “nacionalizar sin expropiar a las empresas”.
Ante unos 150 inmigrantes y sus familias, Morales señaló que este viaje es en agradecimiento porque Japón ha condonado 570 millones de dólares de deuda a Bolivia y defendió su decisión de nacionalizar los hidrocarburos, que permitirá, indicó, que su país “deje de ser el último de Sudamérica”. “Se puede nacionalizar sin expropiar a las empresas”, afirmó Morales para calmar los ánimos de los inversores nipones.