Se la conoce por su carrera de modelo – fue la primera ángel de Victoria Secret australiana- por haber estado casada con el actor de Hollywood Orlando Bloom (con quien tiene un hijo de 7 años) y por ser la actual mujer del Evan Spiegel (de quien espera su segundo hijo), el joven emprendedor creador de la aplicación Snapchat. Pero su nombre ya empieza a sonar también en el mundo empresarial desde que en 2009 lanzó su propia marca de productos de belleza orgánicos, Kora Organics, que este año se espera que facture US$ 13, 2 mil millones. ¿Quién es ella? Miranda Kerr.

No es la primera modelo en intentar lanzar su propia marca de productos de belleza, pero sí está entre el reducido número que logró convertirlo en un negocio rentable. Financiada por ella misma, sin inversiones externas, KORA Organics surgió a partir de las propias necesidades de Kerr.

Mientras modelaba, buscaba utilizar siempre productos que fueran certificados como orgánicos y no tóxicos. “Lo que aplicás en tu piel llega hasta tu sangre”, explicó Kerr a Fast Company. “Llegó un momento en el que decidí crear algo propio, invertir mi plata  en algo que me apasionara”, agrega Kerr, que de a poco logró convertirse en una referente de la belleza saludable.

Según una investigación de Kline & Company, en 2 años las ventas en el sector de cosméticos sintéticos en EEUU van a bajar mientras el segmento de productos de belleza naturales va a crecer. “Los consumidores se están volviendo más educados e interesados en tomar decisiones saludables para ellos y sus familias”, explicaba Kerr a My Domaine.

El primer año, Kerr se dedicó a aprender sobre investigación y desarrollo de este tipo de productos. Se entrevistó con varios laboratorios hasta que finalmente eligió uno en Australia y exigió la certificación via COSMOS, un standard internacional para los productos orgánicos y naturales.

Empezó con algunos productos que solo se conseguían en Australia mientras continuaba trabajando como modelo. “El modelaje era mi red de seguridad, me costaba pensar en dejarlo, fue un gran salto para mí”, cuenta. Quien la acompañó en ese proceso fue su marido, Evan Spiegel, quien la empujó a que se dedicara a su propio negocio. “¿Por qué te la pasas corriendo haciendo trabajo para tantos clientes cuando podrías estar enfocada en tu propia compañía? Necesitás concéntrate en este proyecto para que crezca”, le dijo Spiegel a Kerr.

Con ese disparador, Kerr se retiró de las pasarelas y comenzó a preparar el desembarco de su marca en el mercado estadounidense. Y el compromiso parece estar dando resultados. En 2017, KORA Organics vendió vía web cinco veces más productos que el año anterior en el mercado internacional. En el Mercado estadounidense, las ventas combinadas del e-commerce y retail vio un incremento del 700%.  Este año planea expandirse en Europa, Canadá, Rusia y Asia.