El presidente de EEUU, George W. Bush, desoirá el clamor de su homólogo de México,Vicente Fox, quien a dos meses de dejar el poder le ha pedido vetar la ley que aprueba la construcción de un muro fronterizo, dijeron ayer analistas mexicanos. Bush firmará la ley “porque afronta una coyuntura política sensible” ante las elecciones legislativas de noviembre y porque “el liderazgo estadounidense quiere demostrar a la opinión pública que está haciendo mucho por la seguridad del país”, dijo a Efe el analista mexicano José María Ramos, experto en asuntos fronterizos.

    Ramos, investigador del Colegio de la Frontera Norte (Colef), con sede en la ciudad de Tijuana, colindante con California (EEUU), señaló que Washington “tiene el derecho soberano”de aprobar la construcción de muros en su territorio, aunque la medida implica una “señal política de hostilidad” hacia México, su socio comercial.

    El experto manifestó que la inminente aprobación de la ley representará un sinsabor para Fox, quien el 30 de noviembre traspasará el poder a su correligionario Felipe Calderón, aunque pidió en los últimos seis años a EEUU que aprobara una reforma migratoria integral y excluyera la construcción de muros. El Gobierno de México señaló ayer que solicitará a Bush que no firme la ley aprobada el viernes por el Congreso estadounidense y consideró “tonta” la inversión de 6.000 millones de dólares para esa obra.

    Rubén Aguilar, portavoz de Fox, declaró a la prensa que la cancillería enviará una nota diplomática a Washington y pedirá a Bush que “vete esa ley, porque no resuelve los problemas de seguridad ni el asunto migratorio”. El relator especial de los derechos humanos de los inmigrantes de la ONU, el mexicano Jorge Bustamante, expresó ayer “a título personal” a Efe su temor de que el muro fronterizo sea una señal de violaciones a las garantías fundamentales y un “gesto políticamente hostil de Estados Unidos hacia América latina”.

    Para el analista Rafael Fernández de Castro, profesor de Relaciones Internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), la construcción del muro responde “a la dinámica de la política interna” de EEUU, lo que “rebasa cualquier acción diplomática del Gobierno mexicano”.

    En todo caso, Fox se irá del poder “con las manos vacías” en materia migratoria con su vecino del norte, “pues no sólo no logró que se aprobara la reforma migratoria integral, sino que se despide con la seguridad más endurecida en la frontera”, indicó Fernández a Efe. Fernández y Ramos coincidieron en que México “no ha hecho la tarea que le correspondía” en materia de desarrollo económico, para frenar la emigración masiva, y de seguridad fronteriza en su territorio, lo que alentó a los sectores conservadores de EEUU para impulsar la construcción del muro.

    Se estima que más de 450.000 mexicanos y centroamericanos cruzan o intentan cruzar ilegalmente cada año la frontera con EEUU, para huir de la pobreza y de la falta de empleo en sus países. La administración de Bush se ha quejado en varias ocasiones del crecimiento de la criminalidad, atribuida a los narcotraficantes y secuestradores en localidades de la frontera y otras regiones de México, donde han sido asesinadas más de 2.500 personas en los últimos 20 meses.

    Aguilar aseguró ayer que Fox no tiene previsto, de momento, impulsar un bloque latinoamericano para solicitarle a la Casa Blanca que vete la ley. Hace siete meses, el Gobierno de México apeló a los países de América Central, a Colombia, a Ecuador y a la República Dominicana para presentar una postura conjunta ante Washington, donde se discutía la reforma migratoria, la cual ha quedado en segundo plano ante la cercanía de los comicios legislativos en EEUU.