El departamento de cirugía del hospital pediátrico Humberto Notti intervino este miércoles a una niña mendocina que presentó un extraño caso de cáncer y la experiencia en adultos del director del nosocomio fue clave en el éxito de la cirugía.

La familia de la niña, que es de bajos recursos, tiene cuatro hijos y uno de ellos es discapacitado; y sueña con lograr la casa propia para darle las comodidades que necesitará para su recuperación. 

Priscila Montenegro fue diagnosticada con carcinoma de colon, enfermedad que tiene una incidencia de 16 cada 100 mil habitantes. El 80% de los casos se da después de los 50 años y existe un pequeño grupo de pacientes, un 2% a 3%, que presentan síndromes asociados a más corta edad, pero siempre alrededor de los 40.

Es un tumor que deriva de la parte que recubre el intestino por dentro. Las células se transforman en malignas”, detalló Daniel González, jefe del departamento de cirugía del Notti. Y explicó: “La nena tenía cuadros de obstrucción en el intestino y sangrado”.

González contó a El Sol que en toda su carrera, nunca había visto un caso como este y que fue determinante la participación del director del hospital, el médico Jorge Omar Pérez, cirujano de adultos especializado en este tipo de patología.

“Teniendo al director del hospital, que es especialista en esa materia, lo aprovechamos como parte del equipo que iba a operarla porque es raro para nosotros este tipo de enfermedad en una niña”.

En este sentido, Jorge Pérez destacó que “la medicina se trata de eso, de trabajar en equipo: la gente elige el Notti por la experiencia del recurso humano de sus médicos”.  

Por qué este cáncer se manifestó en una niña

Ante esta consulta, Jorge Pérez respondió que “el avance de la medicina ha sido muy importante en los últimos años, pero la sobrevida y la calidad de vida todavía no han mostrado esa efectividad”.

El médico puso énfasis en la importancia de la detección temprana de éste y todos los tipos de cáncer; y de prestarle especial atención a los antecedentes familiares.

“Es muy común que siempre haya un antecedente familiar en los casos de cáncer en los niños. En este también lo hubo, y los padres de la niña lo asociaron al caso después de mucha indagación por parte de los médicos”.

Pérez sugirió que, en estos casos, es de vital importancia que se consulte a un genetista, “ya que él es quien va a determinar si alguien más de la familia puede padecerlo, por ejemplo, un hermanito”.

“Lo más importante del cáncer es la detección temprana. Si no, vas detrás de la enfermedad”, remarcó.

La cirugía fue exitosa

La cirugía de Priscila resultó “según todo lo planeado”, contó el director del hospital con orgullo y agregó que Priscilla “ya está descomplejizándose en cuanto a los antibióticos y sondas que se le ha dejado colocadas”.

“Está consciente, sin dolor y evolucionando muy bien”, agregó.

A la niña godoycruceña se le sacó la parte derecha del colon, más de lo que se pensó en primer momento por la extensión del tumor, explicaron los profesionales.

Debe continuar con un seguimiento estricto. “Si luego de 5 años Priscila no presenta más signos de la enfermedad, podremos decir que está curada”, afirmó Jorge Pérez.  

Los síntomas que activaron la alerta

Priscila reincidía en la guardia con síntomas de diarrea, dolor y anemia hasta que, en una de las consultas, se le solicitó una endoscopía.

El director del nosocomio destacó: “Esta nena venía siendo estudiada y se le hizo el diagnóstico de forma rápida por el servicio de gastroenterología. Los estudios de patología determinaron que se trataba de un tumor de tipo maligno y se decidió operar rápidamente”.

Lo que viene para la niña

Priscila ahora necesita un tiempo de adaptación. Seguimiento por el servicio de oncología que hará los tratamientos necesarios. Si todo va bien, en 5 años va a volver a llevar una vida normal como la de cualquier jovencito, aseguraron los médicos.

Una familia con muchas necesidades

Priscila Montenegro vive en el barrio Parque Sur de Godoy Cruz junto a una numerosa familia: sus padres, tres hermanos (uno de ellos con discapacidad) y un tío. 

En una semana aproximadamente, Priscilla será dada de alta y volverá a su casa. La vivienda de esta familia posee tres habitaciones, una de ellas la comparten los cuatro niños. Pero, desde ahora, Priscila necesita un espacio cómodo, con extremos cuidados de aseo e higiene, ya que debe cuidar celosamente no padecer ningún otro cuadro infeccioso que complique su tratamiento. 

Nicolás Prado, papá de Priscila, trabaja en el hipódromo de Mendoza. En diálogo con El Sol contó que con mucho esfuerzo, y apelando a la ayuda de todos sus conocidos, está tratando de reacondicionar una pequeña habitación para la niña: “Vivimos con mi hermano, y estamos tratando de arreglar una piecita para que Priscila tenga su espacio”.

“Nuestro mayor sueño es que algún día podamos tener nuestra casa. No quiero que el Estado me regale nada, la quiero pagar, pero estoy inscripto desde hace muchos años en el IPV y en la municipalidad y el llamado nunca llega”, contó afligido el padre de la niña.