Esta vez no se trata de un “banco” en un colegio donde alumnos mayores realizan transacciones con los más chicos –les cobran cuotas mensuales– para “protegerlos” y no golpearlos, como sucedió en la escuela Razquin, de Guaymallén, sino de un establecimiento donde un pequeño grupo de estudiantes de EGB3 del turno noche se dedicaría a la venta de drogas. Una docente de la escuela Manuel Belgrano de Godoy Cruz– no trascendió su identidad– radicó, a comienzos de este año, una denuncia en la Dirección General de Escuelas (DGE) para advertir que sospecha de una banda de chicos –serían cuatro– que se dedicaría a la venta de estupefacientes puertas adentro del colegio.
Ayer, la directora de esa escuela, Silvia Jorba, reconoció la existencia de esa denuncia, aunque aclaró que no se ha podido comprobar. De todas maneras, explicó que inmediatamente tomaron cartas en el asunto y pidieron ayuda a la Dirección de Orientación y Apoyo Psicopedagógico Comunitario (DOAPC), dependiente de la DGE y al Plan Provincial de Adicciones, pero sólo recibieron cursos de capacitación para docentes y preceptores.
POR LA AYUDA INTEGRAL.
“La denuncia y el expediente existen, pero no hemos podido comprobar nada. Estamos trabajando con los docentes para que contengan a los chicos y no los dejen solos, pero necesitamos una ayuda integral para combatir este problema, si es que existe. Sospechamos de un grupo de unos cuatro alumnos”, señaló la directora de ese establecimiento ubicado en la avenida San Martín 1762 de Godoy Cruz, al que asisten más de 1.500 alumnos en los tres turnos: mañana, tarde y noche.
EN ALERTA.
“Nada me extraña con las cosas que se están viendo a diario en toda la sociedad, pero no podemos detectar aún si existe la venta, porque no hemos podido ver nada. Eso sí, no estamos para nada tranquilos. Estamos en alerta y pendientes de todo, pero también habría que mirar en otras escuelas, las que deben estar diez veces peor”, agregó Jorba. Según altas fuentes de ese establecimiento, pidieron al organismo que lucha contra la drogadicción que se encargara de “infiltrar” un joven en la escuela para poder comprobar la venta y consumo de drogas, pero no tuvieron respuestas. Les dijeron: “Encárguense ustedes porque nosotros no hacemos ese trabajo”.