En la provincia de San Juan, no hay ningún tipo de legislación que regule la utilización de camas solares. Esto es riesgoso para la salud, sobre todo si se tiene en cuenta el comunicado que lanzó el martes la Sociedad Argentina de Dermatología, el que informa sobre los efectos nocivos que puede acarrear exponerse a estos aparatos sin tener algunas precauciones. Esto llevó a que en Medicina Sanitaria, que depende de la Secretaría de Salud Pública de San Juan, se empiece a estudiar el tema para reglamentar su uso.
Así lo aseguró Miguel Díaz Garay, al frente de la repartición, según informó en su edición de ayer Diario de Cuyo. El informe de la Sociedad Argentina de Dermatología fue avalado por los especialistas en Dermatología de los hospitales Rawson y Marcial Quiroga. Todo esto se da a conocer cuando acaba de lanzarse la XIII Campaña Nacional de Prevención de Cáncer de Piel. “En la actualidad, lo único que se controla de estos aparatos es las condiciones de higiene del lugar donde están instalados”, dijo Díaz Garay, quien agregó que lo ideal es controlar en qué condiciones se exponen las personas y qué cuidados toman. También dijo que buscan que el acceso a camas solares esté prohibido a los menores de edad. Es que según la Organización Mundial de la Salud, los jóvenes que sufren quemaduras como producto de su exposición a rayos ultravioletas corren mayor riesgo de sufrir cáncer de piel en la edad adulta.
La Sociedad Argentina de Dermatología advirtió, además, que algunas camas solares pueden emitir niveles de radiación ultravioleta que son mucho más fuertes que el sol de mediodía. “Mucha gente cree que la cama solar es menos perjudicial que el sol, pero hay que tomar las mismas precauciones”, dijo Díaz Garay. Agregó que son capaces de ocasionar, en quienes toman sesiones de bronceado, desde simples irritaciones hasta quemaduras de córneas y cáncer de piel. Otra cosa que hay que tener en cuenta es que si se usa estos aparatos sin anteojos protectores, pueden provocar quemaduras de córneas, daño en la retina y cataratas.
“Estoy recopilando información para presentar un proyecto que no deje afuera ningún punto. No queremos hacer una cacería de brujas. Lo único que buscamos es que se controle el uso de estos aparatos”, agregó Díaz Garay. Los efectos nocivos de la radiación ultravioleta no siempre aparecen en seguida, sino que generalmente se hacen visibles después de varios años de estar bajo su acción. Según la Sociedad Argentina de Dermatología, la acumulación de rayos ultravioletas, emitidos por los aparatos para broncearse, son capaces de ocasionar envejecimiento cutáneo y exacerbación de la psoriasis.