Mendoza está entre las provincias con mayor caída en obra pública en los últimos años, según un informe de la consultora especializada en políticas públicas y economías regionales NOAmonics.
En el trabajo “Informe Fiscal Federal; Obra pú?blica de las provincias, blanco fácil del enfriamiento”, se citan los porcentajes de ingresos destinados a obra pública de 19 de los 24 distritos del país, destacándose los últimos lugares que ocupa Mendoza tanto en lo referido a gastos de capital como a obra pública real.
“Tomando el consolidado de un grupo de 19 jurisdicciones, se advierte que, desde el 2003, los niveles de gastos de capital y obra pú?blica crecieron con altibajos hasta alcanzar un má?ximo en el 2011. A partir de allí, el 2012 acusa una fortísima caída real de 24% para ambas variables producto de la necesidad de los gobiernos provinciales de ajustar sus cuentas. Ya en el 2013 –año electoral de por medio y con mayores recursos propios por más presió?n fiscal– los gastos de capital estimados ascienden a 50.400 millones de pesos, lo que implica una mejora real de 15% pero no suficiente para alcanzar los niveles del 2011”, contextualiza el informe realizado por el economista salteño Félix Piacentini.
Asimismo, indica: “La mayoría de las provincias argentinas exhibe hoy un nivel de inversión pública menor que el de hace dos años. Solamente en siete, la obra pú?blica se ha recuperado plenamente y se superan los registros del 2011. Estos son los casos de CABA y Tierra del Fuego con un crecimiento de 31% entre el 2013 y el 2011; sigue Misiones (16%), Formosa (14%), Neuquén (13%), Río Negro (5%) y Chaco (4%). Para el resto de las 12 provincias, la obra pública real todavía es menor que la del 2011: diferencia muy grande para Mendoza con 61% menos, Buenos Aires (55%), Tucumá?n (47%) y Córdoba (46%). En un rango intermedio, Entre Ríos, Salta y Santiago del Estero retroceden entre 18% y 9% con relació?n al 2011, mientras que en San Juan, Jujuy, La Rioja y Catamarca, las caídas del ú?ltimo bienio son más moderadas (de 3% a 7%)”.
En cuanto a la importancia de los gastos de capital sobre el total de gastos, Mendoza está penúltima, sólo superada por la provincia de Buenos Aires con -49% en el bienio 2011-2013, destaca el informe. Asimismo, se indica que sólo 3% de los ingresos totales se destina a obra pública directa.
“La jurisdicció?n que encabeza la lista es Santiago del Estero con 33%, sigue Formosa con 30%. El tercer y cuarto lugar lo ocupan Misiones y San Juan con 27% cada uno; luego La Rioja con 22%. CABA, Chaco, Salta, Catamarca, Entre Ríos y Jujuy se ubican en el rango de 19% a 12%. En el extremo inferior de la lista, Buenos Aires dedica una porció?n ínfima de su presupuesto a la inversión pública, con sólo 3% para los gastos de capital y un exiguo 1% para la obra pú?blica directa. En términos corrientes implica solamente 109 pesos de obra pú?blica por habitante versus $ 4.555 de Formosa”, detalla el trabajo de NOAmincs.
Otras provincias grandes como Santa Fe y Córdoba, además de Mendoza, también figuran entre los porcentajes más bajos con 6% a 7% de importancia relativa de gastos de capital con respecto al total, siendo de 3% a 4% para el caso de la obra pú?blica directa.
Según los datos procesados por la consultora, Mendoza con las otras provincias grandes, con la excepció?n de CABA, “son las que más han ajustado sus gastos de capital en su intento de mejorar las cuentas, llevándolos a su mínima expresión”.
El autor del trabajo, a modo de conclusión, afirma: “En un año no electoral, de presiones salariales crecientes, en el que las provincias podrán recurrir menos a incrementar carga fiscal para financiar gastos, y en el que las transferencias nacionales se desacelerarán en lo que resta del año por un menor crecimiento económico, será difícil que, en el 2014, la inversió?n pública recupere el terreno perdido. Dado el efecto multiplicador de la obra pública, los gobiernos provinciales no podrán contar con una de las pocas políticas contracíclicas a su alcance para morigerar las consecuencias del enfriamiento de sus economías y su efecto sobre el empleo”./cristian ortega