Llueva, truene o caigan piedras, ellos siempre van a estar ahí. Es su lugar de trabajo y sólo se toman tres jornadas al año para descansar. Los canillitas festejaron ayer su día y qué mejor manera de hacerlo que con decenas de diarios en sus manos. Siempre de buen gesto, con una sonrisa de bienvenida y la palma de la mano abierta para recibir las monedas, los vendedores de diarios viven de la calle y las noticias. Son los primeros en repasar las novedades y en gritarle a la sociedad qué pasó y cuáles son las historias más importantes que no pueden pasar desapercibidas.

UN POCO DE HISTORIA
. Los canillitas, término que incluye a los que se ubican en las esquinas y en los kioscos, celebraron ayer. La historia dice que la conmemoración nació el 7 de noviembre de 1947, cuando falleció el dramaturgo y periodista Florencio Sánchez. Fue en honor de este uruguayo, creador de obras teatrales y autor de Canillita, un libro cuyo protagonista es un joven de piernas flacas que vendía diarios en la calle, que se instituyó el festejo.

    Por su parte, el primer grito que se escuchó de un canillita fue en 1867, cuando un muchacho anunciaba a viva voz: “¡La República!”. De esta manera, surgió una nueva forma de vender periódicos. El trato empezó a ser directo, dado que, antes, se utilizaba el modo de suscripción. Fue una novedad que causó sensación en todas partes y que llegó hasta Francia, iniciándose así una nueva fuente de trabajo.

CANILLITA DE AÑOS. Leonardo Castro atiende el kiosco de Peatonal y 9 de Julio, uno de los más visitados por los mendocinos. Castro, de 30 años, lleva 14 en la profesión, casi la mitad de su vida. “Es un trabajo muy sacrificado en el que no tenés feriados ni fines de semana. Siempre hay que estar a disposición de la gente”, cuenta el canillita que hace ocho años que atiende este kiosco.

    Castro añadió que su empleo actual no es tan sacrificado como el del que vende diarios en la calle, ya que este arranca a la medianoche y termina al mediodía. Entre saludos, regalos y aplausos, Castro dijo que ser canillita es una pasión y afirmó: “Es un gusto compartir, todos los días, las noticias con la gente que me compra un diario o una revista”.