Mientras el radicalismo hizo dulce de leche con la interna de Gobierno, la renuncia de Martín Guzmán como ministro de Economía encontró al peronismo mendocino concentrado en sus propios esfuerzos para que la crisis nacional no los barra. Salvo alguna reacción espasmódica, el PJ local sólo puede observar cómo se posiciona el escenario y quién saldrá con la cabeza a flote de esta crisis política.

El viernes una buena parte del peronismo se reencontró en Maipú para conmemorar un nuevo aniversario del fallecimiento de Juan Domingo Perón. El acto lo encabezó Anabel Fernández Sagasti, al regreso de su periplo por Europa donde estuvo en Italia y en Turquía con actividad parlamentaria, pero también política. A esa altura nadie avizoraba la inminente salida del ministro más cuestionado por el cristinismo, que se efectuaría en cuestión de horas, pero sí saltaban algunas ausencias.

Por empezar, la del anfitrión. Según señalaron desde su entorno, Matías Stevanato no iba a participar del acto porque había viajado a Uruguay, donde ese mediodía se había encontrado con el ex presidente de ese país, José Pepe Mujica. Apenas unas dos horas antes de ese encuentro partidario, desde la municipalidad habían comenzado a dar algunos detalles de esa reunión, pero adelantaban que Stevanato no formaría parte de la platea peronista para recordar al General.

Sí hubo otros referentes del peronismo maipucino, empezando por los hermanos Bermejo y una funcionaria muy cercana a Stevanato, Yamila Cerezo, entre otros.

Hasta ahí, todavía en la subsidiaria local del Frente de Todos estaban acusando el impacto de las últimas medidas del tándem económico conformado por Martín Guzmán y Miguel Pesce, del Banco Central, sobre el cepo a las importaciones que se financian con tarjeta de crédito en valor dólar.

La mayor expectativa del peronismo mendocino estaba puesta en el sábado.

Cristina Fernández de Kirchner volvería a hablar en público, lo que implica leer una nueva señal sobre hacia dónde se encamina la discusión interna en el oficialismo. Antes había sido sobre el botín de planes que manejan los movimientos sociales, que respaldan a Alberto Fernández; luego, sobre el festival de importaciones. En ambas circunstancias, la Casa Rosada había tomado nota y dado sus respuestas: una, la posibilidad de que gobernadores e intendentes también manejen esa caja; la otra, la medida más reciente sobre el financiamiento en cuotas para comprar en el exterior.

Pero finalmente la novedad no fue Cristina, sino Guzmán.

El ministro de Economía no tuvo mucha relación con Mendoza. Sólo vino en dos oportunidades con marcada agenda política. La más importante fue con el rescate de Impsa en un acto en la ex Pescarmona en el carril Rodríguez Peña, donde flanqueó al presidente. La otra ocurrió en agosto del año pasado, donde volvió a visitar los talleres de la metalmecánica escoltado por la embajadora del peronismo en Mendoza, Fernández Sagasti, como parte de su campaña de reelección para el Senado nacional.

En ese plan, lo reunieron con empresarios de la talla de Pepe Zuccardi y Alejandro Vigil, entre otros, puesto que la discusión que buscaba imponer en campaña el kirchnerismo era la reactivación económica postpandemia. “El destino de Mendoza y el de la Argentina van de la mano. Gracias @anabelfsagasti, @UNCUYO, Impsa y a la comunidad empresaria por estos dos días de construcción colectiva para una Mendoza más próspera y una Argentina más fuerte”, sintetizó Guzmán por aquellos lejanos días donde se promovía el #volveracrecer.

Con el acto de Cristina en la localidad bonaerense de Ensenada, llegó la renuncia de Guzmán. Y en Mendoza, el peronismo volvió a meterse hacia adentro, al menos para expresar alguna opinión o espasmo de lo que estaba sucediendo en la primera plana nacional.

En ese entonces, Fernández Sagasti & co. se preparaban para acompañar a la intendenta Flor Destéfanis en la inauguración del primer auditorio en Santa Rosa. Son días de mucho perfil para la joven al frente de ese municipio, puesto que su instalación apunta a suceder a Sagasti en la conducción del partido. Sobre la renuncia de Guzmán, la senadora cristinista no dijo nada, al menos por ahora. Y sólo postuló la obra inaugurada.

“Después de 10 años y con mucha emoción #SantaRosa inauguró su primer Auditorio gracias al Plan #ArgentinaHace y financiamiento municipal”, aseguró Anabel a través de las redes sociales.

Las circunstancias hicieron que en ese mismo auditorio se encontrara un ministro de Alberto Fernández. Se trata del massista Gabriel Katopodis, el funcionario nacional a cargo de la obra pública. Con Katopodis, Destéfanis anunció un acta de acuerdo para reconstruir la ruta provincial 50, junto con el delegado de Vialidad Nacional en Mendoza, Guillermo Amstutz.

A pesar de las consultas, no hubo opinión en los principales referentes del PJ local sobre la salida de Guzmán. “Estoy preguntando“, fue la lacónica respuesta de uno de ellos.

Apenas un rictus de Lucas Ilardo en este páramo justicialista sobre las furibundas opiniones del gobernador Rodolfo Suarez. “Si fuera igual de rápido para entregar remedios a los enfermos con cáncer, para no darle 16 millones a los laburantes y no a Bonarrico para que baje su candidatura o para frenar la inseguridad. Pero es rápido para hablar de lo nac. y para ir a la cama solar y sunsets el gober (sic)”, apuntó el senador provincial.

Si fuera igual de rápido para entregar remedios a los enfermos con cáncer, para no darle 16 millones a los laburantes y no a Bonarrico para que baje su candidatura o para frenar la inseguridad.
Pero es rápido para hablar de lo nac. y para ir a la cama solar y sunsets el gober. https://t.co/v5ewsonQSF

— Lucas ilardo (@lucasilardo) July 3, 2022

Pero como sucedió con Kulfas -el primero de los tres ministros más resistidos por el cristinismo que se fue en menos de un mes, habrá que ver ahora qué sucede con Claudio Moroni en Trabajo-, no hubo más repercusión.

Tal como señalaron, en el PJ mendocino están viendo cómo se está configurando un nuevo tablero de poder en medio de esta crisis, no sólo por el debilitamiento progresivo de Alberto Fernández sino también por la emergencia de un nuevo operativo clamor por Cristina. Recién cuando el panorama esté más claro, los alineamientos serán más evidentes. Muchos de ellos, entre los intendentes que dependen de los recursos nacionales y los funcionarios que están a cargo de los organismos locales de Nación, dependen de quién tenga la lapicera.