Vivir en armonía con la naturaleza es la misión más importante y urgente que la humanidad tiene. Durante siglos, el ser humano se ha abastecido del planeta de forma egoísta. Hoy nos damos cuenta que el daño que le hicimos a la naturaleza debemos saldarlo inmediatamente, no sólo por las futuras generaciones sino por nosotros mismos.

Sin embargo, así como la humanidad abusó durante años de los recursos naturales, desde hace algunas décadas surgieron miles de proyectos que apuntan a cuidar y velar por nuestro planeta. Desde grandes empresas hasta emprendimiento pequeños. Todos los esfuerzos son válidos y la suma de voluntades harán que las generaciones venideras sean más consciente y respetuosas con el ambiente. Y, en este sentido, Pura Trama dice presente. Pero, ¿de qué se trata? Son ocho mujeres que crean objetos de una forma amigable con la naturaleza y que, a su vez, los comercializan para solventar sus necesidades económicas.

Pura Trama es un colectivo de mujeres, amigas, madres, tejedoras, que nació en abril de 2017 de la mano de Silvina García, Valeria Sánchez y Alina Gómez Cavieres. “En ese momento, buscábamos poder pagar el aporte de la escuela a donde asisten nuestros hijos e hijas, después nos dimos cuenta de que podíamos generar mayor abundancia y aportar a las economías de cada familia”, contó Sánchez.

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Así, lo que comenzó como un emprendimiento de tres mujeres, este año, se expandió y ahora son ocho madres empoderadas y decididas a dar todo por el bien de sus hijos e hijas, de la humanidad y del planeta.

“Tras algunas dificultades para afrontar cambios de crecimiento que teníamos que sostenerse entre tres, decidimos abrirnos e incorporar a otras cinco amigas y compañeras de vida. Es así como se incorporan Carolina Mazzanti, Noelia Torti, Gabriela Salcedo, Morgana Vinit y Florencia Maidana. En el grupo hay dos comunicadoras sociales, una ingeniera agrónoma, una trabajadora social, una profesora de Educación Física, otra de Historia, una vestuarista de teatro y una artista plástica muralista. Esta abundante diversidad de miradas y personalidades le aportan color y riqueza a este proyecto. Siempre decimos que en Pura Trama tejemos lazos y hacemos trama con la naturaleza, nuestras manos, corazones e ideas”, afirmó Valeria Sánchez.

El trabajo de esta mujeres podría encuadrarse en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, pero las ocho tienen una postura muy firme con respecto a los ODS. ¿Cuál es? La respuesta en esta entrevista que Florencia Maidana concedió a El Sol.

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– ¿Qué tipo de productos ofrecen?

– Desde siempre nuestro fuerte han sido los ecolumpios, hamacas y péndulos, aunque en esta idea de expansión, estamos incursionando en el mundo de la decoración combinando técnicas de tejido y macramé. Comenzamos a diseñar hamacas de interior y una línea para eventos, fiestas y para sesiones fotográficas. También hacemos juguetes tejidos y la idea es que, como indica nuestro nombre, sea la trama de diferentes objetos tejidos lo que nos identifique. Hoy, tenemos nuestro taller en el Terra Maipú Wine Mall, Ozamis Sur 2147.

– Los ecolumpios, ¿cómo los hacen y qué materiales reciclan para crearlos?

– Para fabricar los ecolumpios redondos, utilizamos cubiertas de motos descartadas, les hacemos un rellenado con materiales secos o telas también recicladas de talleres textiles, las tapizamos con tres o cuatro capas de telas para su vestido final con diferentes diseños y colores, y luego urdimos y tejemos a mano con totoras de tela el modelo que resultará como un mandala, único e irrepetible.

– En su cuenta de Facebook se puede leer que trabajan por el juego libre, ¿podrías explayarte sobre este concepto?

– Todos nuestros hijos e hijas asisten al jardín Risas de mi Tierra y a la escuela Aguaribay, que son impulsos Waldorf de Mendoza. Esta pedagogía promueve el aprendizaje a través del juego libre y el contacto con la naturaleza, por lo tanto, encarar este emprendimiento nos resultaba acorde con esta línea que elegimos de crianza y de educación, por todas las posibilidades de dejar libertad para la creatividad, para explorar movimientos y generar bienestar físico y emocional.

– ¿La apuesta por lo ambiental es algo que siempre ha formado parte de la vida de ustedes o es algo que han sentido más fuerte a partir de ser madres?

– En líneas generales, cada una resonó siempre con el cuidado del ambiente en mayor o menor medida. Alguna de nosotras ha vivido en aldeas ecológicas o trabajado en proyectos de permacultura, pero sin duda la maternidad marcó un compromiso y reafirmó nuestra elección por una educación más orgánica que trasladamos a nuestra vida cotidiana en múltiples acciones, como separar y reducir al mínimo nuestros residuos, compostar lo orgánico, tener en nuestras casas una huerta, utilizar cosméticos y elementos de higiene femenina amigables con la naturaleza, entre algunos otros. Sin caer en fanatismos, es la conciencia de cuidado y respeto, que queremos impartir en nuestros hijos e hijas.

– En este sentido, ¿el trabajo de ustedes lo pueden encuadrar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible?

– Creemos que todas las acciones que apunten al desarrollo sostenible deben ser bienvenidas y abrazadas. Estamos de acuerdo en que resulta urgente cambiar el modelo de desarrollo que ahonda las desigualdades y destruye el medio ambiente, pero honestamente estos objetivos tan altruistas como lo son: pobreza cero, hambre cero, agua limpia, educación de calidad, entre los objetivos que impulsa Naciones Unidas para el 2030, nos resultan bastante difíciles de lograr cuando los agentes que promueven este cambio muchas veces son los mismos interesados en sostener el modelo de producción y de consumo actuales. Debería darse verdaderamente un cambio drástico, teniendo en cuenta las abismales diferencias entre países en el punto de partida hacia estos objetivos. Nuestro enfoque es más regional, nuestra búsqueda de desarrollo sostenible proviene de un genuino deseo de hacer que el lugar que habitamos sea coherente con las acciones que realizamos y aporten un cambio de adentro hacia afuera. Trabajamos para generar redes de aprendizaje, de economía local, de vinculación con otros organismos e instituciones. Nos identificamos con la economía social y solidaria, hemos brindado en tal sentido talleres a recuperadores urbanos y nos sentimos parte integrante y no aislada, del cambio que queremos ver en el mundo.

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– ¿Cómo imaginan su ecoemprendimiento dentro de una década?

– Imaginamos Pura Trama tan bonito como ahora, nos habremos reinventado en algunos rubros, posiblemente vendrán otras tejedoras, quizás alguna de nuestras hijas o hijos. Nos encontraremos en tejiendo tramas… de las que sean, pero que nunca se acabe la trama.