Maia Reynoso es mendocina, tiene 6 años y padece fibrosis quística, una enfermedad hereditaria que afecta principalmente los pulmones, el páncreas y el hígado. Desde que arrancó la pandemia de coronavirus, la pequeña junto a sus padres y su hermano se encuentran aislados en su casa por no contar con la inmunización pertinente. El fin de semana, luego de varias gestiones administrativas, la familia viajó a Uruguay y la niña recibió la primera dosis de Pfizer pediátrica.

Uruguay es el primer país de América Latina que posee dicha marca, en el resto de las naciones, incluso, en Argentina, la opción que le ofrecieron a los menores de 3 a 11 años fue la china Sinopharm, inoculación a la que los padres de la niña no accedieron por recomendación de los médicos que abordan a la menor.

“Mi esposa Laura vio una nota periodística de un diario nacional que refería que el 12 de enero arrancaba la vacunación con Pfizer pediátrica en Uruguay. A raíz de esto decidió enviar un mail al Ministerio de Salud de ese país reflejando la situación de nuestra hija. A los dos días, el 5 de enero, justo el día que Maia cumplía sus 6 años, tuvimos respuesta y comenzó el operativo para vacunarla”, contó a El Sol Luis Reynoso, papá de la nena.

Tras recibir la buena noticia, la familia Reynoso empezó a armar la logística para emprender el viaje a Montevideo.

“No fue nada sencillo porque implicaba una gran organización. Hace casi dos años que no salimos de casa y teníamos que realizar test de PCR, ver el tema del alojamiento para permanecer unos días en ese país y una movilidad para viajar”, contó Luis.

Lo cierto es que la familia emprendió la odisea en un auto prestado, del abuelo materno de la menor, y así llegó el pasado viernes a la República Oriental del Uruguay. 

“Hemos reventado las tarjetas, realmente nos costó muy caro toda esta experiencia, más de $100.000, y no queda todo ahí, sino que ahora tenemos que regresar para completar el esquema”, dijo Laura, mamá de la criatura.

En busca de una vida “normal”

Luego de una gran logística y con todos los temores del mundo por los riesgos de contagio que uno asume en las rutas, el viernes 14, a las 14, Maia recibió la primera dosis contra el coronavirus.

“La organización del Ministerio de Salud de Uruguay fue impecable. Nos monitorearon todo el tiempo y nos fueron guiando hasta que le aplicaron la vacuna. Ese día, sin dudas, fue el más feliz de nuestros días”, dijo la mamá.

La mujer recordó que durante estos 22 meses Maia perdió la posibilidad de asistir de manera presencial a un jardín, su hermano no cursó 5° ni 6° grado, pese a estar vacunado; su esposo, que es reportero gráfico, perdió su empleo por no poder asistir de manera presencial y ella, que se desempeña en una bodega local, estuvo cerca de un año y medio trabajando de manera virtual.

“Así fue nuestra vida durante la pandemia. Alejada del mundo, de la realidad, de los afectos, de la vida normal. El miedo a que Maia contraiga el virus estaba latente y no podíamos arriesgarnos a nada”, recordó Laura.

La pequeña ya está vacunada y ahora su vida comenzará a “normalizarse” lentamente.

“Al menos mi hijo este año podrá cursar su 7° grado de manera presencial, Maia tendrá la oportunidad de ir a una escuela y relacionarse con sus compañeros, mi marido volverá a buscar trabajo y yo ya no estaré en una oficina aislada que gentilmente me montaron mis jefes para que trabajara de manera presencial, sin riesgo alguno para mi hija. De a poco todo volverá a ser lo que era”, manifestó emocionada.

Claro que para que esto ocurra, la familia Reynoso deberá completar el esquema de la menor. El 25 de febrero está prevista la fecha.

“Este lunes emprendemos el regreso a Mendoza y empezamos a analizar cómo hacer para retornar ya que el gasto que implica esta hazaña es impresionante, pero vale la pena porque es la salud de nuestra hija”, refirió Laura.

Sinopharm, la única opción local

El 12 de octubre el Gobierno de Mendoza habilitó la inscripción para menores de 3 a 11 años con comorbilidades. En la oportunidad, la única vacuna avalada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para inmunizar el grupo etario era la Sinopharm.

Ver también: así será el operativo en Mendoza para vacunar a los menores de 3 a 11 años

Los grupos de riesgos que podrían acceder a ella eran: obesidad, diabetes, enfermedad cardiovascular, enfermedad renal crónica, asma grave, fibrosis quística, cirrosis, síndrome de Down, tuberculosis activa, discapacidad intelectual y del desarrollo, entre otras.

Pese a estar dentro del grupo de enfermedades de base, Laura y Luis decidieron no exponer a su hija a este tipo de marca ya que según explicaron, no cuenta con aval científico, ni siquiera tiene aprobada la tercera fase experimental.

Ante esto, las autoridades sanitarias de la provincia aseguraron que es la recomendada por la ANMAT, por lo tanto, es la que los chicos deben colocarse.

En relación a la calidad de la vacuna de Sinopharm, Iris Aguilar, jefa de Inmunizaciones de Mendoza, manifestaba en ese entonces que “se trata de una dosis inactiva, segura y eficaz”. Además, consignó que “de todas las marcas autorizadas para inmunizar a la población contra el coronavirus es la que menos efectos adversos presenta”.

Por su parte, la titular de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, expresaba que se trata de un fármaco que emplea “una plataforma muy conocida” y utilizada en los inmunizantes pediátricos elaborados para combatir la gripe.

Ante lo ocurrido con Maia y su viaje a Uruguay, Aguilar dijo: “Por el momento, Argentina no cuenta con la Pfizer pediátrica”.