¿Desarcertado procedimiento legislativo o error voluntario? La respuesta sólo quedará enclavada en las entrañas de la Cámara de Diputados.Ayer estaban los votos necesarios para derogar el artículo 80 del Código de Faltas y así darle la posibilidad a los travestis de tener los mismos derechos que el resto de la sociedad, pero, luego de una larga discusión, todo quedó en la nada.

    Sólo se intentaba darles la libertad de circular por las calles mendocinas vestidos con ropa de mujer y evitar ser detenidos de la policía. Y cuando se dice que no sucedió nada, es porque el presidente del cuerpo, Andrés Marín, puso a consideración, primero, una moción que estaba en segundo lugar, y el proyecto pasó a comisiones. Un espacio donde, seguramente, dormirá el sueño eterno. El debate comenzó al mediodía.

    Las posiciones a favor y en contra de la iniciativa del diputado radical Luis Petri estaban sobre la mesa. Pero, cuando promediaba la sesión, otro radical, en este caso Raúl Vicchi, propuso la modificación total del añoso y desactualizado Código de Faltas, lo que embarró la discusión y provocó que no se votara la idea original.

    Después de un largo debate, Petri pidió la votación nominal de la iniciativa (que constara por escrito cuál era la posición de cada legislador). Pero Marín le dio prioridad a la idea de Vicchi de que el proyecto pasara a comisiones para la modificación total del Código. Quizás, la interna metió la cola.

DEBATE. Sin duda, hacía mucho que no se veía una discusión de estas características en la Legislatura. Es que se estaban debatiendo nada menos que los derechos de una minoría de la sociedad que piensa y vive distinto. Pero hubo quienes metieron en una licuadora el tema del travestismo con la prostitución y otros que los trataron hasta de enfermos mentales, como fue el caso de los demócratas.

    “Los estamos condenando, estigmatizando y no entiendo en qué puede dañar a la comunidad que un grupo quiera vestirse de forma diferente”, aseguró Petri, quien, por momentos, levantó la voz para defender su posición. Y, mirando a su contrincante interno Vicchi, dijo: “Los que no quieren modificar nada hablan de modificar todo, y es a partir de los cambios parciales que se puede avanzar”.

    Es más, cuando los demócratas plantearon que “se considera al travestismo como una sintomatología que necesita atención”, Petri se enardeció y doblegó la apuesta al decir que “entonces llevemos a prisión a quienes sufren gripe, HIV o depresión”. Quienes apoyaron la posición del autor del proyecto tomaron los mismos hilos del discurso. El representante del ARI Néstor Piedrafita fue contundente: “Si queremos una sociedad mejor, debemos inculcar la tolerancia”. A lo que el radical Gerardo Soria agregó: “Demasiado los ha castigado la sociedad como para que hagamos lo mismo desde esta banca”.