La campaña global por el Día Mundial del Medio Ambiente 2022 bajo el lema #UnaSolaTierra propone cambios profundos en las políticas de los países y las empresas y en nuestras decisiones cotidianas para permitir una vida más limpia, ecológica, sostenible y en armonía con la naturaleza. La producción de vinos en Mendoza no está exenta a las buenas prácticas, y en los últimos años han sumado acciones que tienen como fin lograr que sea una actividad más sustentable y con una menor huella de carbono. 

La preocupación por la sustentabilidad de los procesos que derivan en un producto y la reducción de los impactos ambientales asociados, son cuestiones explícitas en el mercado del vino.

La sustentabilidad se introduce de forma creciente y transversal en la economía actual (en parte) porque los consumidores exigen productos con menor impacto ambiental. A su vez, las bodegas exigen también a sus proveedores información ambiental de los productos y gestión productiva para su cadena de suministro. 

Por ello, las empresas vitivinícolas introdujeron en su lista de prioridades las declaraciones ambientales de producto (DAP), el ecodiseño, la reducción de sus huellas de carbono y una mejora en sus procesos industriales. 

Para alcanzar una vitivinicultura sustentable, las bodegas implementaron distintas acciones que, aunque no sean 100% visibles a los ojos del consumidor, son un paso importante en el cuidado del medioambiente.

Para Fernando Rovello, Gerente General de Bodega Piedra Negra -que fue certificada 100% orgánica y es pionera en elaborar y defender los vinos orgánicos y en desarrollar vinos sin sulfitos agregados- “hay un tema de docencia importante para hacer con el consumidor”.

Sobre este punto, considera que hay que ampliar la información acerca de la elaboración de vinos orgánicos, “porque muchos confunden orgánico con un vino artesanal o patero”. 

“Creemos que hay que hablar mucho y comunicar para explicar que no es fácil crear un vino orgánico, demanda más trabajo y más mano de obra en las fincas porque no se pueden usar agroquímicos ni fertilizantes. A la hora de obtener el producto en cuanto a características de aroma y sabor es igual, pero es más saludable y más amigable con el medio ambiente, e incluso con la gente que trabaja en la finca porque están menos expuestos a los agroquímicos”, explicó Rovello. 

Otra de las decisiones que tomó la bodega es incorporar dentro de su estructura una planta de efluente (BIOFILTRO) en donde las lombrices transforman todos los desechos en un humus orgánico para ser repartido luego en el suelo del viñedo. 

Y una de sus acciones insignia fue el cambio en el packaging de sus vinos y la incorporación de los “Bag In Box” (BIB). 

La traducción del término refiere a “una bolsa dentro de una caja”, la que se encuentra conectada con el exterior de la misma mediante una válvula que funciona como canilla, desde la que se extrae una parte del vino contenido en esa bolsa, sin que el oxígeno ingrese a la misma gracias a su cierre hermético que se obtura automáticamente una vez que el líquido deja de verterse. 

Se trata de un envase práctico y amigable con el medio ambiente, que simplifica el acceso a tomar un rico vino en cualquier momento y lugar y que permite beberlo de a una copa a la vez, conservando el resto en excelentes condiciones por hasta 60 días.

Su fabricación genera un 79% menos de gases de efecto invernadero que los producidos por la elaboración de botellas de vidrio y un 91% menos de desperdicio de envases, gracias a su capacidad y al tiempo de conservación del vino que ofrece, reduciendo de esta forma su huella de carbono de forma muy significativa.

“Hay más apertura en el consumidor para cambiar el envase de los vinos y dejar la botella de vidrio. Existe un cliente más consciente y cuidadoso con el medioambiente y es terreno fértil para hacer estas acciones. Incluso, la botella de vidrio que se usa hoy no es la misma que antes, son más livianas y se deja de lado la idea que para que el vino sea bueno tiene que estar en una botella de vidrio”. 

En Susana Balbo Wines, la bodega de la primera mujer enóloga de la Argentina, fueron reconocidos con una medalla de plata en la categoría “Excelencia en Prácticas Sustentables” de los premios “Best of Mendoza’s Wine Tourism 2022”.

Carina Daguerre, Encargada de Calidad de la bodega, detalla que han acreditado la Certificación de Sustentabilidad otorgada por Bodegas de Argentina y que además se encuentran en proceso de obtención de la Certificación Orgánica de LETIS para la producción de uvas orgánicas en la Finca Dominio Agrelo, a concretarse para la cosecha 2022 y en la Finca Dominio Gualta, en donde la cosecha 2023 será legítimamente orgánica.

La bodega implementó políticas orientadas a la protección del planeta y sus recursos, como el reciclaje y la reutilización de residuos, la reducción del consumo de recursos agotables, la recuperación del “agua gris”, que es la que proviene del lavado de manos y vegetales, para su posterior uso en el riego, la reducción del consumo energético por medio de luminarias LED y paneles solares y el empleo de insumos de menor impacto para el medio ambiente, como por ejemplo botellas livianas (producidas con materiales reciclados y con un peso 14% menor al de las tradicionales) y cajas kraft.

El vidrio de descarte de la bodega es comprado por su proveedor Verallia, líder en fabricación de envases de vidrio para la industria del vino y olivícola, y el dinero de esta “compra” es donado a la Fundación Notti. También reutilizan el roble de sus barricas y lo implementan en el armado de cajas de madera para su línea de vinos premium. 

La bodega sumó la elaboración de un vino 100% orgánico, sin sulfitos agregados, y en cuya elaboración no se utiliza ningún tipo de químicos ni pesticidas artificiales. 

Daguerre confía en que van camino a una “concientización del impacto de la actividad, tanto en empleados como en proveedores”.

“El cuidado del medioambiente se puede trasladar a todos los ámbitos de la producción”, sostiene Daguerre y considera que Susana Balbo busca “mostrar un cambio de paradigma” en la industria vitivinícola intentando ir “a la vanguardia de la sustentabilidad”. 

Sobre el rol del consumidor, Daguerre cree que hay “un crecimiento grande en la demanda de lo orgánico” y eso se ve en el auge de venta de sus productos de esa línea. 

El enólogo principal de bodega Kaiken, Juan Pablo Solis, remarca que “el sector vitivinícola está buscando alternativas desde hace unos años para reducir la huella de carbono, que es bajar la cantidad de gases de efecto invernadero que se emiten durante la elaboración del vino y en la viña”.

Y aporta una autocrítica: “Quizás no es suficiente solo con medir la huella de carbono, sino también determinar cuáles son esas emisiones y tomar cartas en el asunto”.

Considera además que “el mundo está yendo hacia una cultura más sustentable y el mismo consumidor comenzó a pedir más información de los vinos”. 

Y aporta datos concretos: “Se genera cerca de un kilo y medio de dióxido de carbono por cada botella de vino producida”.  

“Hoy no está tan bien visto una botella muy pesada o un super packaging que termina en el cesto de basura”, destaca Solis.

En 2019, en Kaiken midieron cuántos litros de agua utilizaban para crear sus vinos: eran 19 litros de agua por cada litro de vino producido, de esos 19 litros hoy redujeron a 3. “La optimización del recurso fue sustancial”, celebra Solis.

Algo en lo que coinciden todos los expertos consultados es que es necesario comunicar y capacitar a los trabajadores respecto de los objetivos ambientales buscando generar consciencia y garantizar su participación activa en la incorporación de la sustentabilidad como base de las tareas cotidianas de todas las áreas de la empresa.

La tendencia en las empresas va camino a la aplicación de prácticas sustentables y optimización en el manejo del agua, la energía, el uso de los suelos, el cuidado de la biodiversidad, la optimización de los residuos, el reciclaje y la reutilización.

Las áreas de marketing y calidad trabajan en la búsqueda de nuevos insumos que permitan contribuir con la sustentabilidad, con la utilización de insumos que sean 100% reciclables tales como: botellas, corchos y cajas de cartón.