Las necesidades vitales de un chico con VIH se multiplican y se trasladan a su entorno. Esto sucede cuando los pequeños están obligados a tomar medicación de por vida y enfrentar un futuro incierto. Integrantes de la Red Argentina de Personas Viviendo con VIH/Sida (Redar+) denunciaron que en Mendoza el Programa Provincial de Sida (Papsi) no les otorga a estos niños las pensiones no contributivas, que en el resto del país son comunes. Desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación afirmaron que esta situación se ha dado porque el Papsi pone obstáculos a los trámites.
En los hospitales mendocinos, como el de niños Humberto Notti, los médicos del programa se niegan a firmar los certificados que autentifican la enfermedad, lo que impide tramitar pensiones por incapacidad laboral. Tal fue el reclamo del vicepresidente de Redar+,Gustavo Granella. Como respuesta, desde el plan provincial explicaron los motivos por los que los médicos no firman dichos certificados. La principal causa es que los pequeños infectados “no son discapacitados y su enfermedad no les impediría trabajar en un futuro,” según Víctor Bittar, director del Papsi. Con estos argumentos pretenden darle una vida normal al niño y no marcarlo de por vida como un incapacitado por el virus.
Ante esta dicotomía, Sebastián González, coordinador local del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, aclaró los puntos conflictivos de la situación. “El Ministerio nacional es el que otorga las pensiones. Lo único que le pedimos al Programa Provincial de Sida es que certifique cuál es la enfermedad del paciente, pero ponen trabas. La cartera de Desarrollo Social es la que decide a quién se le dará la retribución”, explicó el funcionario nacional. Los profesionales del Papsi sostuvieron que las pensiones por incapacidad laboral no pueden otorgarse a los menores porque estos, por ley, no deben trabajar.
Como respuesta, el coordinador del ministerio nacional explicó que estas pensiones les corresponden a todos los infectados desde el momento en que nacen y que por este motivo los médicos pueden tachar el porcentaje de discapacidad laboral en los certificados de los chicos. Y afirmó que las pensiones les corresponden a los niños, aunque no trabajen. El vicepresidente de Redar+ sostuvo su pedido en nombre de los pequeños enfermos al decir que la responsabilidad la tiene el programa provincial. “Ellos tienen que facilitar las soluciones y vemos que no las dan”, contó Granella.
LA PENSIONES. Se trata de una suma que ronda los 500 pesos. Es una pensión no contributiva que el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación otorga a quienes realizan los trámites correspondientes. Este monto, según el coordinador de la cartera en Mendoza, debe ser entregado a todos los infectados por el VIH, incluidos los más pequeños. En estos casos, serían los padres o tutores quienes deben realizar la gestión y recibir el dinero. El lugar para realizar los trámites es la Comisión Nacional de Pensiones, ubicada en calle San Juan 255 de Ciudad.
En principio, se necesita el certificado que legitima la enfermedad y el DNI del adulto o el menor. El mencionado certificado puede ser otorgado por cualquier hospital o sala pública, “siempre y cuando haya un médico dispuesto a llenarle el papel a un paciente con VIH,” sostuvo González. El paso siguiente es la entrega de papeles de ingresos del hogar y un informe de asistencia social. Luego, estos documentos son enviados a Buenos Aires, al Ministerio de Desarrollo Social, donde finaliza el trámite. El período de espera aproximado por la tramitación de una pensión es de 11 meses, y luego la persona comienza a percibir el dinero.