Es por ellos que la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor realiza un análisis exhaustivo de los contratos de adhesión de las compañías, en los que ya se han detectado cláusulas abusivas que van en contra de los derechos de los consumidores. Mendoza no es la excepción a la regla y hasta la titular de Fiscalización, Control y Defensa al Consumidor, Mónica Noffal, padeció de los abusos del sistema.

ENGAÑOS.

       “Hemos detectado que las aseguradoras cambian las cláusulas de los contratos arbitrariamente” destacó Noffal, quien además es integrante del Consejo Federal de Defensa del Consumidor. El hecho lo perpetran estas compañías con la renovación de los contratos, cosa que muchas realizan automáticamente o con el consentimiento telefónico del asegurado quien es engañado en su buena fe. Ante esto, que Noffal considera una estafa, es que la funcionaria recomienda,“que la gente no contrate ni renueve por teléfono, porque si no, no tiene opción de leer y ver si le modificaron las condiciones”.

      Este modus operandi de la mayoría de las aseguradoras es ilegal.“No pueden modificar las condiciones, pero lo hacen, por lo que están violando el artículo cuatro de la ley que prevé que uno pueda acceder a información detallada y veraz”, explicó la funcionaria. De acuerdo al criterio que tiene a nivel nacional Defensa del Consumidor, las compañías deberían dar a conocer a sus asegurados cuáles van a ser las nuevas condiciones 60 días antes, para que tengan la posibilidad de optar por otra compañía.

INSEGURIDAD JURÍDICA.

      Esta situación arbitraria del manejo que hacen las aseguradoras ha sido dadas a conocer por Defensa del Consumidor a la Superintendencia de Seguros, organismo contralor de las aseguradoras. “Es una inseguridad jurídica muy grande la de los contratos de seguro que están saliendo en la actualidad” ratificó Noffal, quien aprovechó para denunciar públicamente que,“no todos, pero la gran mayoría de los vendedores engañan a los cliente arguyendo cualquier cosa con tal de vender”.

COCHE VIEJO.

       Los autos con más de 20 años de antigüedad son rechazados por las compañías, por lo que la gente debe peregrinar de aseguradora en aseguradora hasta encontrar una que finalmente les brinde cobertura, la que no saben si Defensa del Consumidor. El hecho lo perpetran estas compañías con la renovación de los contratos, cosa que muchas realizan automáticamente o con el consentimiento telefónico del asegurado quien es engañado en su buena fe. Ante esto, que Noffal considera una estafa, es que la funcionaria recomienda,“que la gente no contrate ni renueve por teléfono, porque si no, no tiene opción de leer y ver si le modificaron las condiciones”.