El sismo que sacudió a Mendoza hace más de una semana finalmente movió a las autoridades de la DGE a realizar una inspección y un diagnóstico de las condiciones edilicias de los establecimientos, para evitar que las escuelas y, en especial, los alumnos y docentes sufran las consecuencias de los sismos.

    En medio de este trabajo de control y reacondicionamiento que realiza un grupo de ingenieros de la Dirección de Mantenimiento y Reparaciones de la DGE junto al Inpres (Instituto Nacional de Prevención Sísmica), ya se clausuraron dos edificios: la escuela Lisandro de la Torre de Luján y el cuerpo antiguo del colegio Flavio Ferrari de Corralitos, en Guaymallén, las cuales presentan serios riesgos estructurales, que saltaron a la vista tras el último temblor. Ahora, los alumnos de esos establecimientos serán reubicados el lunes en el patio techado de la institución; en el primer caso, donde se está tabicando el espacio, y en el club social de la zona, en la segunda escuela, hasta que se construya un nuevo edificio, que ya está en licitación.

SIN CÓDIGO. El problema es que estos dos establecimientos tienen más de 60 años y deben adecuarse a lo que establece el Código de Construcción, de 1987. Sin embargo, aunque todavía no hay un dato estadístico de la cantidad de escuelas que están desactualizadas en cuanto a esta normativa y que necesitan un reacondicionamiento antisísmico, desde esa dependencia oficial ya estiman que, al menos, el 20% de los establecimientos educativos mendocinos deberá reforzar sus estructuras.

    El Código de la Construcción establece una serie de exigencias para la edificación antisísmica de escuelas y hospitales, entre los que se destaca la utilización de material liviano y estructuras serias con armaduras. Así, por ejemplo, se deben eliminar las columnas cortas y en su lugar colocar tabiques y muros antisísmicos.

RECLAMOS. “Tras el sismo, tuvimos más de 70 reclamos por fisuras en las escuelas, pero detectamos que no son estructurales como en las dos escuelas que clausuramos. Nuestro objetivo es hacer un diagnóstico y solucionar los problemas edilicios para evitar mayores riesgos”, expresó ayer a El Sol, Helvio Grili, director de Reparaciones y Mantenimientos, dependiente de la subsecretaría de Infraestructura Educativa de la DGE, quien ahora, además, busca que el nuevo mobiliario escolar sea antisísmico (ver aparte). “Hay que aumentar el grado de seguridad en las escuelas y cada establecimiento que lo necesite será reforzado”, indicó el especialista.