Tres años y medio han pasado desde que la Municipalidad de Godoy Cruz puso en marcha el Metrobus sobre la Avenida San Martín y si bien la refuncionalización del troncal del transporte público de pasajeros fue visto con buenos ojos por los usuarios, no logró adhesión por parte de los comerciantes que, desde el primer día de su construcción, refirieron su malestar.

La inversión fue de $90 millones y emuló el diseño del sistema que se encuentra sobre la Avenida 9 de Julio, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La instalación permitió una mayor fluidez vehicular y reducción en el tiempo de viaje, ya que se distribuyeron islas cada 400 metros, donde confluyen las líneas de colectivos.

Ver también: Metrobus: frentistas consideran un amparo para frenar las obras

¿Objetivo cumplido?

En enero del 2019, Diego Coronel, secretario de Ambiente, Obras y servicios Públicos de Godoy Cruz, refería a El Sol: “Queremos dar un mejor servicio, con menos emisiones contaminantes, mayor confort y comodidad. Liberamos las veredas de paradas de colectivos, y los micros no interfieren con los vehículos particulares”.

El objetivo estuvo más que cumplido, de hecho, los mismos pasajeros del servicio público de transporte así lo advierten, sin embargo, el proyecto también consignaba que “la población frentista y el sector próximo al emprendimiento se iba a ver beneficiada”, ya que produciría “un aumento del valor económico de las propiedades colindantes y cercanas” porque favorecería “la accesibilidad a los inmuebles y el proceso de consolidación comercial actual”.

“La verdad es que estuvimos en contra de la obra desde que se proyectó y hoy, a más de tres años, seguimos esperando una respuesta y solución. El comercio fue uno de los más afectados y nadie nos tuvo en cuenta. Hubo promesas de mejoras, se habló de la refuncionalización de la bodega Arizu, pero acá estamos, viendo cómo la vida pasa”, repitieron algunos comerciantes.

¿Se potenció la zona?

De acuerdo con los testimonios recogidos, no sólo los comerciantes se vieron perjudicados con la instalación del sistema, sino que la zona también sufrió inconvenientes en su parte inmobiliaria.

De hecho, desde el Colegio de Corredores Inmobiliarios aseguraron: “No hay ningún comportamiento que destaque a la zona o la posicione respecto a otra. Desde lo comercial, lamentablemente, el Metrobus ha sido un perjuicio para los negocios ubicados en la zona, de hecho, muchos ya cerraron sus puertas y se fueron y varios ya tienen en mente emigrar”.

Asimismo, advirtieron que los locales comerciales han decaído en su valor, tanto en renta como en valor de compra-venta. “Incluso, algunos inmuebles que podían adaptarse al rubro comercial también se han visto afectados. Hoy no hay nada que se pueda decir para destacar en la zona, obviamente es una visión personal”, expresó Estanislao Puelles Milan, titular del Colegio de Inmobiliarios.

La importancia de subsistir

En un recorrido por la zona es posible ver la modernización que existe en cuanto al sistema de transporte público, no así de los comercios que allí predominan, sobre todo, los apostados en la avenida San Martín.

Actualmente, siguen estando las tradicionales mueblerías, farmacias, clínicas, hospitales privados y colegios, entre muchos locales más. Las grandes innovaciones que hoy se observan están relacionadas con el polo gastronómico y son muy dinámicas, debido a que no todas permanecen en el tiempo.

Al transitar la avenida San Martín de Godoy Cruz, pasando el Casino de Mendoza, uno se topa de frente con una de las fábricas legendarias de Mendoza como es Bauzá. La empresa de fideos cumplió 100 años en mayo del 2022 y está más vigente que nunca.

Juan Pablo Navío, uno de sus responsables, aseguró que “la clientela la conserva, a pesar de los cambios urbanos que hubo en la zona”. 

“Los clientes que llegan es porque nos eligen, nuestra clientela no es nueva, la que viene es porque hace años que nos compra y hace lo que sea por llegar”, agregó asegurando que el Metrobus no modificó mucho su economía.

Francisco Li Volzi, de la mueblería San Remo, está apostado en el mismo lugar hace 54 años y manifestó que “ha sobrevivido a diferentes crisis y cambios”.

“La irrupción del Metrobus hizo que se modernizara la zona, incluso, que el tránsito sea más ordenado. Godoy Cruz tiene mucho potencial y cuando nos instalamos acá fue porque nos sentimos atraídos por la zona”, agregó. 

A la espera de la Bodega Arizu

Para otros comerciantes no solo la irrupción del Metrobus los perjudicó, sino también la promesa de refuncionalización de la Bodega Arizu que hasta ahora no se concretó.

Eduardo De Simone es dueño de la farmacia Popular, apostada en la zona hace 43 años, y aseguró que aún hoy espera las obras en la bodega “para que la zona pueda ser revalorizada”.

“Realmente las cosas cambiaron mucho en estas 4 décadas. Hoy esta zona se ha modernizado desde el punto de vista urbano, pero se olvidaron de los que la venimos remando. Acá en la tarde no circula nadie y mucho tiene que ver con que la bodega no funciona. Prometieron construir un Museo Cultural del Vino y un salón de exposiciones y congresos y quedó en eso, una idea”, dijo el farmacéutico.

El predio estuvo abandonado más de 20 años, desde el 2019 pertenece al municipio y la idea era hacer un polo abierto al desarrollo de las industrias creativas.

El edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional, por lo que las labores que se están realizando deben hacerse respetando su estructura original.

Se trata de seis naves paralelas que serán intervenidas y restauradas y de las cuales tres serán habilitadas para eventos, además de un patio que servirá para ampliación de los mismos. Son 3.900 m2 que se convertirán en un museo cultural, museo del vino y un salón de exposiciones y congresos

Todo eso será reacondicionado y convertido en salas de exposiciones, camerinos y salas de reuniones. El plan de ejecución de obra es de 13 meses, por lo que se calcula que a mediados del año que viene se podrá disfrutar de las instalaciones.

En la actualidad, se hacen algunas actividades culturales con importante presencia de público tanto local como turístico.

Coco Tahan, el único anticuario de la zona, también aseguró que la restauración y puesta en valor de la Arizu lo impulsó a instalarse en la zona. “Realmente sólo nos manejamos con clientes fijos, tras las obras del Metrobus los clientes nuevos no llegaron y los comercios nos vimos muy perjudicados”.

“Yo me instalé acá porque creí que mi clientela iba a mejorar al tener la bodega funcionando, sin embargo, hace años que estamos a la espera de obras que no llegan, de proyectos que solo son eso”.

Un polo gastronómico muy variable

En los últimos años, sí se ha observado que muchas casonas de la zona han sido restauradas y hoy funcionan como restaurantes. De acuerdo con los datos aportados por el municipio de Godoy Cruz, desde el 2019 a la fecha un solo comercio se vio afectado y cerró sus puertas, el resto se mantiene. 

A la hora de desglosar los números, estimaron que en el 2019 había 174 locales, entre ellos, lo que más se destacaron en la zona eran las clínicas médicas o consultorios (20), las sandwicherías y/ salones comedores (15) y las mueblerías (13). Hoy ese total se reduce a 173 y si bien los rubros que lideran siguen siendo los mismos, figuran con menos sucursales.

Uno de los lugares que recientemente abrió sus puertas fue Albina Pastelería y Café. El emprendimiento al principio funcionaba como pastelería, pero luego, a pedido de los clientes, se transformó en cafetería.

“El movimiento es constante, sobre todo en horas de la tarde-noche. No hacemos horario corrido porque en la siesta muere, pero nos está yendo bien”, consignó Florencia, responsable del sitio que, además, agregó: “La zona es muy transitada y eso nos favorece mucho, pero en horarios específicos”.

Wakapi es una empresa mendocina que ofrece soluciones de software y trabaja con clientes de diferentes partes del mundo. Siempre funcionó en Godoy Cruz y hoy está ubicada en una zona más estratégica. El objetivo central de la empresa es que sus empleados trabajen todos en un mismo piso, por eso se mudaron a San Martín 1175. 

También destacan la zona comercial de los alrededores, la cual permite que, en caso de ser necesario, sea cómodo para reunirse con clientes a almorzar o merendar en espacios muy confortables.

Otro de los espacios que abrió es el bar Modesto Godoy. Su dueño es Franco Fusari, un prestigioso saxofonista de Mendoza que, además, instaló La social pizzería en la misma cuadra. 

“Cuando decidimos apostar por el emprendimiento nos encontramos con una cuadra que estaba muerta, con muy poco por ofrecer. Justo se ponía en marcha el Metrobus que recibió voces a favor y en contra y con todo eso nuestra meta era colocar un proyecto que ponga en valor la cuadra y que haga traccionar a un nuevo público”, dijo el empresario.

“Fue una jugada arriesgada y gracias a Dios nos funcionó muy bien”, cerró.