La incesante violencia en Irak, que ya ha dejado miles de muertos, ha originado otra catástrofe humana que hasta hace poco ha sido largamente ignorada: más de dos millones de refugiados iraquíes han dejado ya su país a causa del conflicto. Ese número, al que hay que añadir los aproximadamente 1,8 millones de desplazados dentro de las fronteras de Irak, supone la mayor crisis de refugiados en Oriente Medio desde la creación del Estado de Israel, en 1948.
Sin embargo, las previsiones de la ONU hacen aún más dramática la situación, pues se teme que, si la violencia no cesa, otro millón de personas podría dejar sus hogares este año. Este éxodo masivo ha pasado prácticamente desapercibido para la comunidad internacional, que hasta hace pocos meses no había tomado conciencia de la dimensión de la catástrofe. Mientras esto sucede, ayer, en un nuevo ataque, murieron dieciséis personas.