Menos de doce horas duró la estadía del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, en Mendoza, pero ese tiempo le alcanzó para mantener reuniones políticas con sectores extrapartidarios, una visita que rozó lo protocolar con el gobernador Celso Jaque, y estrechar relaciones políticas e institucionales con el intendente de Capital, Víctor Fayad.
Curiosamente, en esa agenda no tuvo lugar el Partido Demócrata, que fue aliado del Pro en las elecciones del 28 de junio.segunda vuelta. Con grandes críticas hacia el kirchnerismo, al cual culpó prácticamente de todo, desde el escrache al dirigente radical Gerardo Morales en Lavalle hasta la permanencia de los barrabravas en los clubes de fútbol, Macri comenzó a tejer las redes con las que espera construir una base que lo catapulte a la presidencia en el 2011.
El destino elegido fue Mendoza, la misma tierra que vio nacer la concertación que tuvo como protagonistas a dos posibles candidatos presidenciales: Néstor Kirchner y Julio Cobos.
Justamente, estos dos dirigentes son para Macri los rivales a vencer en los próximos comicios, aunque advirtió que el oficialismo no tiene posibilidad de ganar nuevamente en un escenario que él mismo vislumbra que será de segunda vuelta.
De esta manera, el ex presidente de Boca Juniors desechó la posibilidad de armar un frente común electoral con el vicepresidente y abrazó la posibilidad de ser un rival directo por el sillón de Rivadavia, algo que piensa buscar a través del posicionamiento en la provincia y en el resto del país, el que piensa caminar, aseguró.por casa. Al mismo tiempo que el dirigente porteño comenzaba a buscar su propio lugar en la provincia, también mantenía reuniones con diferentes sectores políticos y económicos mendocinos.
De hecho, uno de los primeros lugares que pisó fue la Bolsa de Comercio, en donde el dirigente aprovechó para interiorizarse sobre la gestión del gobernador Celso Jaque.
Luego, ante el periodismo, Macri aseguró que no tenía mucho conocimiento sobre la provincia, pero que sabía que, igual que en otras zonas del país, había problemas de seguridad y mucha limitación por el centralismo y la falta de recursos producida por la alteración de los fondos de la coparticipación.
Una vez que terminó la presentación del libro Pasión y gestión, del cual es autor, Macri comenzó una serie de reuniones políticas.
La primera fue con dirigentes mendocinos del Pro junto a jóvenes independientes.
El jefe porteño también aprovechó para reunirse con el Consejo Económico Mendocino (CEM).
Sin embargo, una de las reuniones más prometedoras, según los mismos dirigentes que acompañaron a Macri, fue con el justicialismo disidente, que estuvo representado por el diputado provincial Daniel Cassia y por el presidente de la Fundación Contemporánea, Simón Bestani, quien consideró que Macri sabe que el justicialismo es un aliado muy importante.
Lo curioso es que fuera de la agenda quedó el Partido Demócrata. Incluso, si bien se estimó en un principio que Omar de Marchi fuera el anfitrión durante la visita, los dirigentes gansos brillaron por su ausencia y, según fuentes de la delegación, ese faltazo podría haberse originado en una serie de rispideces que tuvieron su epílogo cuando les dijeron que para reunirse debían ir a un hotel céntrico, mientras que los gansos exigieron que fuera Macri a la sede partidaria, y eso provocó que finalmente no existiera reunión.
No obstante, Macri aseguró que el plan es seguir trabajando junto al PD, aunque fortaleciendo al Pro.