Por novena vez desde que en 1989 ingresaran a la pantalla chica y a la historia grande de la cultura popular, un episodio de Los Simpsons se llevó un premio Emmy, el equivalente al Oscar para la televisión estadounidense. Aunque, esta vez, el favorito era un capítulo de South Park. El episodio que ganó se llama The Seemingly Neverending Story, y narra un cuento donde se describe otro cuento, donde se narra otro cuento, y así sucesivamente.

    En el fondo, son cuatro personajes (Lisa, Homero, Moe y el Señor Burns) en busca de un tesoro en una montaña, donde quedan prisioneros. Aunque todo el mundo apostaba a que el ganador sería el episodio Trapped in a Closet, de South Park, la serie que muchos definen como la radicalización de Los Simpsons. Ese episodio hablaba (mal) de la cientología y acusaba de homosexual a Tom Cruise. De hecho, el propio Cruise y grupos cientólogos trataron de evitar que se volviera a pasar en televisión. Infructuosamente, claro.

    Pero, finalmente, el premio fue para Los Simpsons y, al recibirlo, el productor de la serie, Al Jean, dijo (en tono de broma): “Esto es lo que sucede cuando no te atreves a burlarte de la cientología”. Cabe aclarar que la cientología es una pseudoreligión fundada por el escritor de ciencia ficción Lafayette Ron Hubbard, de la que Cruise es ultrafanático. De todas maneras, el año pasado, South Park se había llevado dos premios: el de mejor serie animada (ganándole, claro, a Los Simpsons) y el de mejor episodio de serie animada por el corto Los mejores amigos son para siempre, donde se satirizaba el debate por la eutanasia desatado en Estados Unidos por el caso de Terri Schiavo.