En el mundo de la empresa y los negocios, las ganancias, la competitividad, la productividad y la expansión no suelen llegar “por arte de magia”. Aunque a veces algunos piensen que hay que ser un auténtico mago para afrontar la actual crisis económica con éxito o al menos sobrevivir a ella. De todos modos, existen algunos trucos de los integrantes del mundo al que pertenecen el famoso David Copperfield, el legendario Merlín o el asombroso Houdini que podrían ser útiles para los “capitanes de industria” y líderes de empresas y finanzas.

    Es lo que señalan con entusiasmo y emoción el mago Jorge Blass y el experto Fernando Botella, quienes proponen aplicar una serie de técnicas de gestión denominadas La Fuerza de la Ilusión y basadas en los modernos espectáculos de ilusionismo, para mejorar el funcionamiento empresarial. Diversas compañías han tenido ya la oportunidad de comprobar lo que “la fuerza de la ilusión” es capaz de lograr en sus organizaciones y equipos, al aplicar una innovadora filosofía que consiste en combinar una serie de sorprendentes trucos de magia con las experiencias y reflexiones empresariales.

    Según el mago Jorge Blass y el experto en innovación y creatividad Fernando Botella, “las empresas necesitan contar con personas capaces de convertir lo ordinario en extraordinario. En un mundo saturado de información, oferta y cambios, la sorpresa y la innovación son clave para el éxito de las organizaciones”. “La magia más importante es la que las empresas hacen para impactar en sus clientes, motivar a sus empleados, en definitiva, conseguir no pasar desapercibidas en el día a día”, señala Blass, el mago español más reconocido en el panorama internacional y ganador de prestigiosos galardones.

     LA MAGIA DEL DÍA A DÍA. Al igual que un mago trabaja para conseguir un efecto memorable en sus espectadores, las empresas deben esforzarse en lograr el mismo impacto en sus clientes: para que no los olviden, para que sus empleados estén comprometidos. “Esa es la magia más importante, la que hay que hacer día a día en las empresas”, explica Blass. Ambos expertos, uno en magia y el otro en creatividad, aportan una serie de pistas o herramientas para la búsqueda de la excelencia empresarial. Para ello han elaborado su particular “decálogo mágico”, de diez principios básicos de magia que pueden ser trasladados al mundo empresarial.

    Al igual que un mago nunca devela “sus trucos”, Blass recomienda a las empresas mantener el secreto para que no se “rompa la magia”, aunque “lo importante no es la técnica o el secreto, sino lo que se es capaz de conseguir con él”. El mago también aconseja “practicar, practicar y practicar, para huir de la mediocridad”. Por su parte, para Botella, fundador de la empresa Think&Action, dedicada a la formación y al desarrollo de directivos, “sólo hay un camino que lleva a la excelencia, y ese pasa por la disciplina, la suceder a una ilusión mágica es que sea previsible”.

    “¿Cree usted que el éxito pasado le garantiza éxito futuro? ¿Y por qué sigue haciendo todos los días lo mismo?”. Con estas preguntas, Botella hace hincapié en la necesidad de innovar, reinventarse y ser creativo. En cada espectáculo, el mago se enfrenta a un público diferente y sabe lo importante que es adaptarse a él. Según Botella, “la relación con los clientes nace del afecto, y personalizar los productos y servicios es el mejor modo de dar afecto”.

    Además, hay que “cuidar el público: es difícil que un espectáculo de magia tenga éxito si el ilusionista no es capaz de conseguir conectar, interactuar y mantener la atención de la gente”. “También en el mundo empresarial debemos centrar la atención en el cliente, escucharlo aún más de lo que se hace habitualmente. El cebo debe gustar al pez, no al pescador”, explica Botella.

    Otro recurso mágico clave consiste en buscar efectos extraordinarios: “Hay que sorprender, destacarse sobre los demás, conseguir impactar en el público, que se acuerde de la empresa, que hable de ella. Sólo así se consigue triunfar”, dice Blass. Por su parte, el experto en innovación define la economía del siglo XXI como la economía de la atención y, en ella, “el objetivo de toda empresa debe ser dejar huella en la mente del cliente”.

    APRENDER DE LOS ERRORES. El ilusionista confiesa que los magos tampoco pueden evitar los fallos, aunque el auténtico éxito radica en “hacerlos desaparecer” ante los ojos del espectador: “A veces la magia más poderosa de todas es esa gestión que hacemos de los errores”. En el mundo empresarial, según Botella, sería “la gestión del error como premisa fundamental del desarrollo y del aprendizaje”. Para Blass y Botella, uno de los motores del éxito es el compromiso. “Estar comprometido significa estar dispuesto a perder algo.

    Aunque nos guste ser independientes, todos necesitamos a los demás. Es importante no olvidar que todas las piezas del equipo son fundamentales para lograr los objetivos”, indicaron. Ambos expertos recomiendan “creer en nuestra magia, es decir, en nuestros producto, equipo, procesos; porque si no se cree en lo de uno, difícilmente se conseguirá que los demás lo hagan. Si se cree, se crea. Aquí radica el secreto para el cambio”. Según Botella, “otra de las enseñanzas que nos ofrece la magia es que, por imposibles que parezcan, hay cosas que se pueden conseguir”.

    Con ello advierte del peligro que supone para las organizaciones confundir lo difícil (“costará más, pero se puede lograr”) con lo imposible, que no tiene solución, así que ni siquiera se intenta. En opinión de ambos expertos, “ser excelente significa ser inquieto, tener visión de futuro, sueños que te generen ideas, capacidad para ejecutarlas y también para asumir riesgos”. Tan decisivo como todo lo demás para el éxito es “la fuerza de la alegría”. “La verdadera magia está en cada uno, en la actitud con la que escojamos vivir y afrontar cada desafío”, señalan ambos.