Allá por los 60, la minifalda vino a revolucionar
el ámbito de la moda y a dejarnos
boquiabiertos con su desenfado y sensualidad.

Y aunque en la actualidad sea muy
común ver a una mujer llevar una coqueta
minifalda, esta nunca deja de sorprendernos
por la variedad de diseños y las maneras
en que puede utilizarse.

La onda retro de las prendas se ha enriquecido
con novedosas aplicaciones y
demás accesorios para llevarla con garbo y
coquetería.

Si bien las minis en forma de tubo son las
más conocidas, también están muy en
boga las tipo porrista, en corte abierto y
con pliegues en la parte de los muslos. Y
para las que quieren ser más casuales, una
falda-short es muy fácil de usar y nos evita
estar pendientes de dejar a la imaginación
otras prendas más íntimas.

En cuestión de materiales, recomendamos
telas frescas para la mañana, como el algodón,
el lino y la seda. Y para la noche,
telas más alicradas con bordados y lentejuelas
que las iluminen y hagan más coquetas.
Cada época del año tiene su propio modo
de usar las minifaldas. Antes se creía que
eran únicamente para verano, pero las estaciones
frías no se privan de sus encantos
y la combinan con botas y leggins que
suman mucha elegancia a su look.

Hace 20 años, pocas mujeres se habrían
atrevido a llevar minifalda después de los
33 años, pero la nueva tendencia “muestra
que las mujeres de ahora tienen una
mayor confianza en sus cuerpos y que les
gusta vestir en consecuencia”.
Si esta tendencia sigue, no hay duda de
que en la próxima década, mujeres
de cuarenta y tantos y cincuenta y
pocos considerarán de manera
justa la minifalda como una parte
esencial de su armario diario.

Según un estudio realizado por
un conocido almacén de ropa femenina,
los datos surgen después
de haber estudiado el perfil de
edad de las mujeres que en los
últimos seis meses han comprado
faldas cortas, de 36 centímetros.
Según sus resultados, se ha pasado
de una media de 36 años de
la compradora al principio del
milenio a otra de 40 años hoy.

Los datos de 1980 mostraban
que las mujeres dejaban de comprar
minifaldas cuando cumplían
33 años, una cifra que permanecía
sin cambios desde mediados
de los 60.

Los expertos creen que la popularidad
de una cultura intensiva en gimnasios
ha permitido a las mujeres
tener cuerpos más en forma durante
más tiempo, puede ser la razón, al
igual que el aumento en el número de
británicas que viven solas.

La pasión de la mujer moderna por la
minifalda comienza a los 14 años, pero
no se compra la primera hasta que tiene
16, según el estudio. Además, se salta las
normas de los uniformes escolares elevando
la cintura de la falda, para que parezca una
minifalda.

Las faldas se acortan entre los 16 y los 19
años pasando de 46 a 36 cm, antes de alcanzar
su nivel más corto, 32 cm, con 23 años.
La longitud vuelve a crecer entre los 23 y los 27
años pasando a 37 cm, posiblemente debido al
inicio de la primera relación estable y a las ganas
de no llamar la atención, dijeron los grandes almacenes.

En este numero encontrarás también, todo sobre:

  • Tomá vos la iniciativa
  • Las minifaldas se pueden usar hasta los 40 y más..

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