Llevaba muchos años dejando en manos de la gente las noticias diarias de Mendoza. Era el canillita oficial de zona norte de Las Heras. Ayer, Luis Báez, de 47 años, quien estaba terminando el recorrido habitual en su moto –que había adquirido hace pocos meses–, llegó hasta una casa de calle Vicente Gil, a metros del cruce con la avenida San Martín, y trágicamente fue ultimado con un balazo a la altura de la axila. Sucedió luego de intentar resistirse a que dos delincuentes, a punta de pistola, le robaran el ciclomotor.

       Vecinos que estaban en el lugar se acercaron hasta el hombre y lo trasladaron inmediatamente al Centro de Salud 17, centro asistencial en el que perdió la vida 20 minutos después de haber ingresado. Este lamentable suceso, que marca una muerte más en el año, producto del accionar delincuente, concluyó en la desesperación de una familia quebrada emocionalmente, ya que Báez dejó a su mujer y tres hijos de una manera impensable para cualquier persona.

LA CRÓNICA DE LOS HECHOS.

       Según fuentes policiales, la víctima llegó hasta la calle Vicente Gil 40, cuando promediaban las 10.30, como lo hacía habitualmente, mientras cumplía su labor de canillita. Cuando el repartidor estaba allí, dos sujetos que conducían una bicicleta –hasta el momento no fueron identificados se bajaron prepotentemente, sacaron una arma, aparentemente calibre 22, y lo amenazaron para que les entregara su moto. Según relataron las fuentes, el canillita habría intentado defenderse, lo que derivó en un forcejeo y posterior balazo que terminó con su vida. Cuando ambos delincuentes se dieron cuenta de lo que habían hecho, se fugaron por las calles lasherinas.

       Uno en la bicicleta en la que se trasladaban y el otro, en la misma moto de Báez, que todavía tenía algunos diarios en su parte trasera. Malherido, el desafortunado canillita intentó pararse, luego de recibir el balazo –según contaron algunos testigos–, dio dos pasos y cayó, sin fuerzas, a la vereda. De inmediato se acercaron algunos vecinos, quienes lo trasladaron al Centro de Salud lasherino, donde, 20 minutos después de haber llegado, y en manos de los médicos del lugar, dejó de existir.

ACCIONAR.

      Mientras los recientemente asumidos subsecretarios de Seguridad, Raúl Levrino, y de Relaciones con la Comunidad, Juan Montilla, estaban en un operativo de control en el centro de la ciudad, se produjo este fatal suceso que derivó en la concurrencia inmediata al lugar de ambos funcionarios. Montilla ordenó que se aplicara el Programa de Asistencia a las Víctimas, y así fue que un grupo de psicólogos atendió a los familiares de Báez, que lloraban desconsoladamente en la sala de espera del Centro de Salud, según lo manifestaron las fuentes.

      Por su parte, Levrino permaneció en el lugar del hecho junto a personal de investigaciones y pesquisas de la Unidad de Delitos Complejos –el fiscal especial Daniel Carniello instruirá el caso–, en busca de los dos malvivientes y escuchando versiones de diferentes testigos del terrible crimen.