El 19 de marzo del 2019, el Coirco –ese famoso comité de cuenca del río Colorado que conforman las cinco provincias que, de alguna o de otra manera se sirven de sus aguas, incluida Mendoza, claro está– publicaba la conocida acta 857 del organismo. A través de ese documento se terminaría aprobando el estudio de impacto ambiental regional que tendrá la construcción de la presa Portezuelo del Viento. Los representantes de Mendoza, Buenos Aires y Río Negro darían el visto bueno a ese estudio técnico que había elaborado la UTE compuesta por las universidades de La Plata y la del Litoral. La Pampa, como lo hizo siempre cada vez que en ese comité se abordaron asuntos vinculados con obras de aprovechamientos hidroeléctricos en algunos de los ríos que surcan Mendoza, por supuesto que votó negativamente aquel trabajo. Neuquén, aquel día, estuvo ausente y no se expidió.

La agenda de la semana que arranca hoy estará marcada y dominada desde lo político y lo económico por los alcances, el desarrollo y el desenlace que tendrá el encuentro del Coirco que, ahora sí, reunirá a los cinco gobernadores de las provincias que se ocupan de la cuenca del Colorado. El Grande es uno de los afluentes de ese río, el Colorado, que desemboca en el mar Argentino. Eso ha justificado, desde ya, que en el Coirco se ocupen de las intervenciones, cualquieras sean, que se proyecten sobre el Grande, el más caudaloso de los surcos de agua que tiene Mendoza.

Desde comienzo de año, La Pampa viene protagonizando e impulsando reuniones, actos y manifestaciones en torno a Portezuelo. En verdad, desde que la Nación comenzó a enviar los pagos trimestrales de la deuda que tiene con Mendoza y que se utilizarán para levantar la obra. Fue la administración de Mauricio Macri la que efectuó el primer pago, el 28 de octubre del año pasado, por 6,9 millones de dólares, y luego la de Alberto Fernández los continuó: el 28 de enero, 13,9 millones y el 28 de abril, 16,3 millones. El próximo vencimiento es el del 28 de julio, cuando la Nación debe enviar 18,5 millones de dólares.

Claro que la reunión del viernes está plagada de condimentos políticos más que nada. Por supuesto, la incertidumbre y las preocupaciones están del lado de Mendoza. De ahí que Suarez haya estado los últimos días evaluando la estrategia que desplegará ese día. Ha tenido a la Fiscalía de Estado y a la Asesoría de Gobierno concentradas en el asunto. Pero, también, el encuentro ha producido la curiosidad previa frente a las posturas que fijarán Río Negro y Buenos Aires, las aliadas de nuestra provincia en los últimos años sobre la construcción de Portezuelo.

La curiosidad, más que nada, pasa por los argumentos que ahora esgrimirán, porque, así como en el pasado esos dos estados apoyaron a Mendoza, se sabe que el viernes estarán en la vereda de enfrente. Pero ¿bajo qué explicación? Es la gran pregunta.

Arabela Carrera, la gobernadora de Río Negro, y Omar Gutiérrez, de Neuquén, se reunieron en Piedra del Águila durante los primeros días de enero. Juntos manifestaron su preocupación sobre el descenso en el caudal que alimenta la presa ubicada allí, muy cerca de los límites de ambas provincias. Y Axel Kicillof, en diciembre, ya se había reunido con la Corfo, una organización que se ocupa de monitorear las zonas irrigadas por el Colorado, en Buenos Aires, en una de las zonas más importantes de producción de cebolla del país.

Por eso, a horas del trascendental encuentro del Coirco, cuando se vuelva a discutir Portezuelo, bien vale el tiempo recordar lo que ocurrió en aquella reunión de marzo del 2019, cuando el Coirco aprobó el informe de impacto ambiental, el regional, como también otro local que habían realizado en forma conjunta la UNCuyo y la UTN y que habría tenido un costo de unos 7 millones de dólares.

El voto de Río Negro fue favorable y en el acta se lee: “De acuerdo a lo previsto en el artículo 17° del Estatuto, el artículo 11° y el 16º del Reglamento Interno del Coirco, y teniendo en cuenta lo expresado en los párrafos anteriores, la provincia de Río Negro considera que el estudio cumplió satisfactoriamente con las encomiendas del contrato y aprueba el informe final a efectos de que la Gerencia Administrativa del Coirco pueda abonar la última cuota del mismo y finalizar así la relación contractual con la UTE UNL-UNLP, y también propone que este informe final sea elevado a consideración del Consejo de Gobierno, conjuntamente con las NMA y las Normas de Llenado del AMPDV, que fueron las tres tareas que dicho consejo le encargo al Comité Ejecutivo del Coirco”.

El voto de Buenos Aires, también favorable a la obra y al estudio de impacto ambiental, fue en la misma dirección que Río Negro. Dice: “En función de lo expresado anteriormente, y, teniendo en cuenta lo previsto en por los artículos 6º, 17º siguientes y consecutivos del Estatuto del Coirco y el artículo 11º del Reglamento Interno, la provincia de Buenos Aires emite su voto aprobando el Informe Final del EIAR (impacto ambiental regional) y considerando que lo aquí actuado deberá ser elevado al Consejo de Gobierno para su consideración, conjuntamente con las Normas de Manejo de Aguas y las Normas Transitorias del primer llenado. También se considera que se han dado todos los pasos para abonar la última cuota del contrato con la UTE “UNL-UNLP” y finalizar así la relación contractual con la misma”.