El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, consideró ayer difícil que las partes reanuden el diálogo en Honduras para destrabar los obstáculos surgidos en la implementación del acuerdo, dejando poco margen para el optimismo. A la vez, Insulza hizo un llamamiento a los gobiernos de Colombia y de Venezuela para que restablezcan el diálogo y resuelvan así las tensiones entre ambos países.
ZELAYA-MICHELETTI. En una sesión extraordinaria del Consejo Permanente, convocada para evaluar la situación en Honduras tras la interrupción del proceso de ejecución del Acuerdo Tegucigalpa-San José, el titular de la Organización de Estados Americanos (OEA), afirmó que “no se ve como muy posible retomar un diálogo” entre el depuesto mandatario, Manuel Zelaya, y el presidente de facto, Roberto Micheletti. No obstante, indicó que el organismo “seguirá allí” en Honduras, mediando en la crisis hasta su solución.
    El Acuerdo Tegucigalpa-San José, suscrito el 30 de octubre, fue declarado roto por el depuesto presidente de Honduras la semana pasada, después de que el gobierno de facto anunció la conformación de un Ejecutivo de Unidad sin representantes suyos y bajo la dirección del mandatario de facto. El régimen de facto culpa a Zelaya de haber roto el acuerdo, al haberse negado a entregar la lista con los nombres de las personas que quería que integraran el gobierno de unidad y Reconciliación Nacional, que debía haberse constituido el 5. Insulza defendió al depuesto mandatario, al afirmar que Zelaya no envió los nombres, porque en la misiva que le envió Micheletti el 3 de noviembre quedó claro que el presidente de facto iba a formar un gobierno de manera unilateral y dirigido por él.
     En los últimos días, Insulza ha mantenido largas conversaciones con Zelaya, quien le transmitió que su “frustración había llegado al límite y que no estaba dispuesto hacerle el juego a la dictadura”. “Piensa que no se cumplió el acuerdo porque se pretendió (crear) un gobierno de forma unilateral, no se ha resuelto el tema de la restitución y que esto constituye un intento del gobierno de facto de ir por la propuesta de la tercería”, explicó Insulza. El gobierno de facto sostiene que solamente la Comisión de Verificación –en la que participan como miembros internacionales el ex presidente chileno Ricardo Lagos y la secretaria de Trabajo de EEUU, Hilda Solís– puede dar por fracasado el acuerdo, indicó.
    “Por tanto, no descarto pedir a los miembros internacionales de la Comisión que emitan su opinión sobre lo ocurrido”, adelantó. Insulza aseguró que la solución pasa por la renuncia de Micheletti, para que el Congreso pueda pronunciarse libremente sobre la restitución de Zelaya y allanar así el camino para la creación de un gobierno de unidad y la celebración de las elecciones el día 29. El gobierno de facto ha pedido a la OEA que envíe una misión de observadores a esos comicios, pero Insulza aseguró ayer que esa posibilidad “no se podría ni siquiera considerar”. Por su parte, varios de los países miembros de la OEA, como Argentina, Venezuela y Nicaragua, volvieron a asegurar que no reconocerán el resultado de las elecciones en Honduras si Zelaya no es restituido.
    El representante de ese país, Lewis Amselem, sostuvo que si la OEA rechaza el resultado de los comicios antes de su celebración, violaría el derecho de los hondureños a determinar su propio futuro. “La OEA no debe dar la espalda al acuerdo y debe seguir persiguiendo la plena ejecución del pacto. Debe evitar recomendaciones no prácticas e inalcanzables que podrían afectar negativamente a los hondureños y al futuro del organismo”, recalcó. Por último, instó a Zelaya y a Micheletti a implementar “sin retraso” el acuerdo para facilitar unas elecciones “libres y transparentes” como solución definitiva a la crisis.
CARACAS-BOGOTÁ. En un comunicado difundido ayer por la OEA, Insulza afirmó que “los problemas comunes deben ser resueltos conjuntamente y las divergencias deben solucionarse mediante canales diplomáticos”. El secretario general recuerda, asimismo, la necesidad urgente de realizar un esfuerzo de cooperación e integración en la frontera común entre ambos países Insulza consideró que los esfuerzos de terceros para facilitar el diálogo entre ambos gobiernos, “son un buen camino para promover acercamientos y discutir los distintos puntos de vista”. En este sentido, dijo que la reunión bilateral sugerida por el Gobierno de Brasil en el marco del encuentro de países amazónicos en Manaos, el 26 de noviembre, “se presenta como una valiosa iniciativa que puede ayudar en la solución de las tensiones”.
    Agregó que “la OEA respalda y acompañará los esfuerzos de integración entre países hermanos y toda iniciativa para garantizar la paz y la cooperación será bienvenida”. El domingo en su habitual alocución televisiva, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, invitó a los venezolanos a prepararse para una eventual guerra con Colombia. Chávez ordenó en agosto de este año “congelar” las relaciones con Colombia, en protesta por el convenio militar firmado entre Bogotá y Washington, que prevé el uso de hasta siete bases colombianas por las fuerzas de EEUU, lo que ha llevado al colapso el comercio bilateral.
    Desde entonces, los municipios fronterizos de ambos países han sufrido cierres de paso de más de 24 horas, además, se han presentado hechos violentos, como la muerte de diez colombianos que formaban parte de un grupo de doce personas que fueron secuestradas en Venezuela y el asesinato de dos miembros de la Guardia venezolana. Por su parte, el Gobierno de Colombia anunció el domingo que iba a llevar las “amenazas de guerra” de Chávez, ante el Consejo de Seguridad de la ONU y la OEA.