Aunque las promesas abundan por todos los rincones del radicalismo sobre que la interna no afectará la gobernabilidad, ayer se pudo ver un claro ejemplo de que la situación no es así. Se postergó una semana más el tratamiento del futuro de los fondos que la provincia recibió por las regalías mal liquidadas.Además, el Senado bochó a uno de los consejeros del Departamento Provincial de Irrigación, el que había sido propuesto por el Ejecutivo.

    Sólo pasó la prueba quien está vinculado al sector de José Genoud, quien, por estos días, es un aliado incondicional del titular de la UCR nacional, Roberto Iglesias. Así, el hombre sugerido por el gobernador Julio Cobos, Juan Carlos Arboit, fue desaprobado por la mayoría de la cámara. En la votación recibió veinte bolillas negras (en contra de su nombramiento) y once a favor. Si bien la elección es secreta, al observar la cantidad de legisladores que asistieron a la sesión fue fácil deducir que muchos radicales (el bloque está compuesto por mayoría iglesista) le bajaron el pulgar.

    Es más, el malestar que se vio entre los cobistas fue un indicador de lo que estaba sucediendo. Pero lo que más problemas causó fue que, según varias fuentes legislativas, Arboit no sólo tenía la venia de Cobos, sino también de todos los intendentes del Este, quienes chillaron ante esta situación. Desde el iglesismo comentaron que el voto negativo se debió a que, en la audiencia pública,Arboit no se mostró muy sostenible para ocupar el cargo.