Luego del fallecimiento de un niño en el Notti por causas no del todo claras hemos leído gran cantidad de comentarios sobre las falencias del hospital pediátrico. Así, habiendo atendido a nuestro hijo Manuel allí a fines del año pasado, creemos conveniente dar nuestra opinión al respecto. Manuel (de un año y medio en ese momento) tenía un problema grave en el aparato digestivo y la opinión unánime de los médicos que lo vieron fue que, de no operarlo a la brevedad, su enfermedad iba a ocasionarle dificultades importantes a mediano plazo.
Así fue que fuimos a parar al Notti. Cuando ingresamos, nos sorprendió la gran cantidad de gente de distintos niveles sociales que recorría las instalaciones. Como un primer paso, uno llega a una ventanilla en la que declara si tiene obra social. Si tiene, el hospital le cobra por sus servicios a la misma, si no tiene, un asistente social autoriza los servicios. De ahí en adelante, la atención es idéntica para todos. Manuel fue operado y estuvo internado varios días junto a una nena sin obra social y jamás notamos una diferencia de trato. La atención fue excelente. Los médicos y enfermeras atendían a los niños de la mejor forma. Nunca nos faltó ningún medicamento ni estudio clínico y el servicio fue extraordinario.