Antonella Costa juntó coraje y se animó a hablar de los abusos que sufrió en varios rodajes. Luego de escuchar al director Bernardo Bertolucci confesar que Maria Schneider había sido violada en la icónica escena de la película “El último tango en París”, la actriz decidió contar el infierno que pasó.

“Dedicado a la vestuarista que dejó tiradas fotos de mi cuerpo desnudo que, siendo una adolescente, me saqué por motus propio por pedido y para uso exclusivo del director y la directora de arte. A los colegas que las encontraron y en vez de avisarme o destruirlas las usaron para burlarse de mí. Al director que a mis 21 años puso en la casetera del motorhome el VHS del crudo de la escena en la que me bañaba, para que lo vieran todos. A los extras que aprovecharon una toma para manosearme entera. Al asistente de dirección que me pidió que no dijera nada porque necesitábamos seguir filmando. Al actor que le sugirió a la directora meterme ‘bien la mano’ en mi sexo sin consultarme antes, y que me humilló delante del equipo técnico por haberme negado a acostarme con él, y a tantos otros a los que me enfrenté, negándome simplemente a hacer lo que no quería hacer, y que no era parte del pacto ni del proceso creativo”, relata la actriz.

Y siguió: “Sepan que por cada uno que hizo o avaló alguna de estas actitudes cobardes y perversas, hubo muchísima gente que no lo hizo, que me escuchó, me ayudó y sostuvo mi postura digna evitando, muchas veces, males mayores. Esos se convirtieron en mis amigos, y hasta uno de ellos es el padre de mi hijo. Esas son las personas con las que decido compartir mi vida y mi intimidad. A ellos les agradezco y los abrazo una vez más. Por suerte, son la inmensa mayoría”

Tras la repercusión de sus declaraciones, escribió otro texto donde aclara que “no estoy dispuesta a dar nombres”.

Luego explicó: “Tengo varios motivos, que me gustaría aclarar. El que considero más importante es que estoy completamente segura de que muchos de los responsables no fueron conscientes de estarme causando un daño profundo. Con los que tuve que hablar, lo hice, pude alejarme de quienes no quise tener cerca, no dependí jamás de ninguno de ellos en ningún sentido, y sobre todas las cosas y a esta distancia temporal de los hechos, lo que más me interesa no es escracharlos sino que APRENDAN.

“No es lo mismo que te toquen el culo o que te mojen la oreja. No da igual que se burlen de tu cuerpo o que te pongan sal en el mate. Avergonzar públicamente a alguien por no haber accedido a acostarse con vos no equivale a no regalarle tu postre en el almuerzo. La violencia física y verbal, el abuso de poder, la humillación, dejan marcas de por vida, y lo que una está dispuesta a hacer en un proyecto artístico siempre está claro desde el guión y las charlas previas con el director y eventualmente la producción. Que accedas a un desnudo frontal no habilita a nadie a tocarte, si no está escrito. Y así como nadie inventa sobre la marcha una escena donde se le corte un dedo al actor que protagoniza, tampoco tiene por qué inventarse ninguna situación en la que las actrices (o actores!) quedemos expuestas ni dañadas en ningún sentido.”, sostuvo la actriz de “Garage Olimpo” y “Diarios de motocicleta”.

El portal El mundo de Alycia recuperó la entrevista que brindó el director Bernardo Bertolucci en 2013 donde admite que acordó con Marlon Brando llevar a cabo la mítica la escena de “El último tango en París” sin el consentimiento de Maria Schneider.

 

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