Los 825,375 kilos de marihuana que la banda local había adquirido en Paraguay tenían como destino final Chile. En Argentina, ese importante cargamento estaba valuado –en marzo del año pasado, cuando los efectivos de la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico lo incautaron– en más de 10 millones de pesos.

Comercio a grandes escalas, de narcos con conexión internacional y personajes con conocimiento del terreno, eran el combo de la investigación que desarticuló la gavilla, bautizada Operación Vendimia, por la fecha en que se desplegó. En el vecino país del oeste, el precio llega a cuadruplicarse y allí está el negocio.

De allí que las organizaciones criminales narcos como esta, que está tras las rejas, tienen el objetivo de financiar el trasladado terrestre desde el norte, pasando por Mendoza, hasta llegar, principalmente, a Santiago.

Lo cierto es que este grupo de sospechosos que cayó el viernes 3 de marzo del 2017 en un domicilio de calle Tabanera 7701 casi Ferrari de Guaymallén –en total son seis procesados, entre ellos, una mujer– está sentado en el banquillo de los acusados de los Tribunales Federales desde la semana pasada. Y el señalado líder, Daniel Raúl Bressi Escalante (57), es el que más complicado está, de acuerdo con las pruebas.

Para los pesquisas, se confirmó en la instrucción que revestía la calidad de organizador y financista de la banda. La incautación del cargamento se dio luego de una pesquisa que se inició a raíz de otra que seguían de cerca los efectivos de Lucha contra el Narcotráfico, en el 2015.

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Gracias a intervenciones telefónicas, descubrieron que Bressi coordinaba los medios necesarios para transportar el estupefaciente a través de diversos vehículos –tractores y camiones– en Argentina y también mantenía contacto con personajes de Paraguay y Chile para cerrar el negocio.

Era el responsable de conseguir o aportar el lugar de la descarga de la droga para su correspondiente acopio. Y no sólo eso: controlaba, recibía el dinero en efectivo o lo hacía cobrar y establecía los precios, sostiene la causa.

Para sostener en la investigación que Bressi, quien aseguró que era comerciante, era el jefe de la banda, los detectives también señalaron que el resto de los sospechosos le informaban todas la novedades que iban surgiendo durante la operación de traslado del estupefaciente, y este iba solucionando cada dificultad.

Además, les comunicaba todos los detalles a las personas que iban a recibir la mercadería para su acopio. Cuando todas la pruebas estaban producidas, los efectivos tomaron contacto con el dato que sostenía que el cargamento iba a llegar a principios de marzo a una casa ubicada en Tabanera y Ferrari de Los Corralitos, en Guaymallén.

Iniciaron las vigilancias y detectaron que llegaba al lugar un camión Scania con semirremolque al mando de Miguel Ángel Fernández. El pesado rodado era guiado por Bressi, que circulaba en un Renault Clio. En la zona se hizo presente otro rodado menor, un Fiat Duna, que estaba al mando de un hombre identificado como Javier Santarelli.

El personal de Narcocriminalidad, que seguía todos los movimientos de la señalada banda, detectó que una mujer salió de la casa y abrió el portón. Se trataba de Johana Navarro (27), esposa de Roberto Peralta (37), la pareja que cuidaba el domicilio y está sospechada de recibir dinero a cambio de permitir el acopio de la sustancia prohibida.

Una vez que llegó la droga, los efectivos desplegaron los allanamientos para secuestrar la droga y las capturas: al camionero Fernández lo redujeron en calle Buenos Vecinos, una vez que se marchó de la propiedad. Bressi cayó cuando se presentó en la casa de calle Tabanera en compañía de otro hombre, Heriberto Barrios. Adentro de la casa se detuvo a la pareja de Navarro y Peralta, cuidadores de la misma.

Por último, Santarelli, marcado como el colaborador logístico de Bressia, cayó mientras conducía el auto en el que se movilizaba. En el comedor de la casa –los dueños eran oriundos de Buenos de Buenos Aires y no tenían nada que ver con el accionar ilegal–, encontraron el cargamento, distribuido en 29 cajas que contenían 885 envoltorios rectangulares.

Todos los acusados ­–hubo un séptimo a quien se le dictó la falta de mérito tras su detención– fueron procesados con prisión preventiva –confirmada por la Cámara de Apelaciones a fines del año pasado– y llegaron a juicio oral la semana pasada.

En las próximas semanas, se conocerán los alegatos de las partes y también la sentencia. Como fiscal está actuando María Gloria André, detallaron fuentes del proceso.

El caso, publicado por El Sol, generó un fuerte impacto por una imagen que mostraba la realidad del narcotráfico en Mendoza: los cuatro pequeños hijos de la pareja que está sospechada de permitir el acopio de la droga en la propiedad se encontraban sentados almorzando en la mesa familiar, a un metro de donde habían sido colocados los bultos con la droga.